vitoria. Presentó ayer su nuevo libro titulado "Lo que sé de los hombrecillos", ¿quiénes son esos hombrecillos?¿Conoce a alguno en la vida real?
Esos hombrecillos los conocemos todos porque forman parte de la vida real. El hombrecillo es ese otro que nos habita y cuyos intereses generalmente no coinciden con los nuestros. Es aquel que te hace enamorarte de quien no te conviene, que te hace comer cosas que te hacen daño, o que te impulsa a hacer cosas que repugnan a tu razón. Lo que quiero decir con todo esto es que los seres humanos somos seres divididos. Divididos en la medida en que nuestra cabeza y nuestro corazón rara vez están de acuerdo. Y en este libro, ese hombrecillo justamente representa a ese otro que nos habita y con el que necesariamente tenemos que llegar a acuerdos. Obviamente otro modo de combatirlo es tratar de ignorarlo o encerrarlo, pero yo creo que eso es malo porque al final acaba saliendo por donde menos lo esperamos.
En el libro los protagonistas comparten pensamientos, sensaciones. Si en la vida real las personas tuviéramos esta capacidad ¿no sería un poco arriesgado?
Sí, sería muy peligroso porque esa unidad duraría poco, igual que ocurre en el libro. Al final uno se intentaría independizar del otro y nos haría daño. A veces da la impresión de que las personas "normales" no tienen a ese otro, o de que han llegado a un acuerdo o pacto perfecto con él para que no moleste, pero eso es totalmente mentira. Esto se puede ver perfectamente, por ejemplo, cuando una persona ha cometido un asesinato horrible, y luego los vecinos dicen de esa persona que era muy normal y que ayudaba a cruzar la calle a las ancianitas. Es ahí cuando te das cuenta de que no hay nadie que haya podido pactar con su otro yo de un modo tan perfecto.
Por otro lado, el personaje protagonista ve cumplidos todos sus deseos. Si a usted le dieran esa opción ¿lo soportaría?
No, yo diría que no. Si eso pudiera llegar a ocurrir, si se nos cumplieran todos los deseos, en ese acto moriríamos, como moriría la mariposa que intenta alcanzar la llama. Moriríamos porque la vida se alimenta de la frustración. Si yo, por ejemplo, escribiera una novela perfecta, en ese instante dejaría de escribir. ¿Por qué escribo? Por que voy en busca de la perfección, sabiendo, siempre, que nunca la alcanzaré, y que si la alcanzo, en ese instante moriré.
El libro habla de dos seres que se comportan como uno solo ¿es una especie de reflejo de la bipolaridad del ser humano?
Es una metáfora de esa división. Somos personas divididas, estamos rotos. Por eso, cuando me preguntan si yo tengo hombrecillos, siempre respondo: "yo y todos".
Haciendo referencia a su participación de ayer en los "Diálogos de medianoche" de Civican ¿Qué tienen los diálogos nocturnos que no tienen los diurnos?
La noche añade cierto misterio, cierta complicidad, un tono más personal, más íntimo. Esto se ve, por ejemplo, en los programas de radio nocturnos. La noche crea una atmósfera que lo hace todo, también, un poco clandestino.
Cambiando
Yo lo llevo bien, aunque no tengo ni facebook, ni twitter, ni blog, porque no tengo tiempo para escribir más de lo que ya escribo.
Tomando como referencia este encuentro con los lectores,
En realidad no fue un encargo, lo íbamos buscando. Dio la coincidencia de que Felipe González sacaba un libro sobre Europa, y pensamos que quizá era un buen momento para hablar con él. Mi idea era hacer un reportaje de los que vengo haciendo desde hace años en El País Semanal, en los que pasó un tiempo con el personaje y luego cuento mi experiencia, lo que pasa es que al poco de estar con él me di cuenta de que esa idea para Felipe González no servía. No era tan importante lo que hacía como lo que decía. Ahí me di cuenta de que debía retirarme a un segundo plano.
Cuando escuchó las palabras que luego serían el titular de la entrevista ¿qué fue lo primero que le vino a la mente?
Como ya dije el otro día en El País, pensé: ¡Lo tengo! Tuve esa sensación que normalmente tenemos los periodistas cuando encontramos la frase exacta. Y luego puse cara de póker, o sea, seguí como si nada.
Ambos tuvieron una larga charla en la que tocaron diversos temas, tanto personales como políticos o sociales ¿qué fue lo que más le sorprendió de Felipe González?
Me sorprendió todo, la sinceridad con la que habló de su relación con los hijos y nietos, de su vida personal, y lo vulnerable que me pareció verle en ese instante. Yo no conocía a Felipe González, lo conocía como cualquier español de a pie, por eso me sorprendió ver ese lado vulnerable que desconocía de él. Obviamente me sorprendieron las declaraciones entorno a la guerra sucia, que es de lo que más se está hablando, pero también me llamó mucho la atención la valentía con la que habló de la banca, de cómo galopamos hacia otra crisis del mismo tipo, y de la falta de alternativas sistémicas. También me interesó muchísimo todo lo que dijo al final, refiriéndose al liderazgo y a los emprendedores.