l Vendida la casa más cara del mundo. Esta vivienda, situada en Londres, ya tiene nuevo propietario, que ha pagado por ella 168 millones de euros. Esta casa de siete habitaciones y dos plantas se encuentra en el número 1 de Hyde Park. El nombre de su nuevo dueño se guarda celosamente, aunque los medios británicos especulan con que podría ser un jeque petrolero. La vivienda todavía no está lista. Forma parte de un complejo de lujo que ha sido diseñado por el arquitecto estrella Sir Richard Rogers y ejecutado por los constructores Christian y Nick Candy. La mudanza se podrá realizar a finales de año. Un 65% de las viviendas, de las que la más económica cuesta 20 millones de libras, ya se han vendido.

l Una empresa reclama 35 millones de dólares a Paris Hilton. La actriz y modelo ha sido demandada por una compañía que le reclama 35 millones de dólares en perjuicios por lucir supuestamente extensiones de pelo de la competencia. Esa cantidad es diez veces superior a que pagó Hairtech International Inc. por contratar sus servicios. La empresa asegura que Hilton, de 29 años, llevó extensiones de pelo de otra empresa en 2008, violando el contrato que unía a ambas partes para lucir y promover exclusivamente sus extensiones. La demanda, según detalla el portal de la cadena KTLA, también reclama que Hilton no asistió en 2007 a una fiesta de promoción de esos productos capilares, por estar en la cárcel.

l Julieta Venegas, madre de una niña. La cantante mexicana se convirtió el jueves en madre de "una preciosa niña", según informó su casa discográfica, Sony Music México. "Están perfectamente bien y no hubo ninguna complicación". El anuncio en febrero de su embarazo causó revuelo en México, especialmente porque la artista, divorciada, de 39 años, eligió no revelar el nombre del padre. En la presentación del álbum "Otra Cosa", unos meses después, donde explora la feminidad como modelo de intuición y libertad, se reafirmó en esta postura. La artista avisó de que sólo podría actuar unos meses más, hasta que el embarazo se lo impidiera. Hasta entonces, eligió no colgarse su característico acordeón, para no dañar al bebé con el peso.