"La batalla entre el Ejército israelí y los activistas en la cubierta del Mavi Mármara fue tan breve como desigual. En cambio, la batalla televisiva posterior dura ya una semana. Tenemos que sentirnos honrados, porque ganar a los espectadores es lo fundamental. La TV, otro mecanismo de ficciones, sólo funciona cuando se desencadena el conflicto. No tiene fuerza para el análisis en calma, pese a que todos los conflictos se resuelven en la tensa calma".