bilbao. Fernando Marías (Bilbao, 1958) disfrutó la pasada semana de su estancia en la capital vizcaina. Presentaba su libro, premio Primavera 2010. Firmaba ejemplares, lo que suponía un contacto con sus paisanos y lectores. Pero hoy está de vuelta en Madrid, una ciudad de proporciones desmesuradas para él, pero donde reside desde hace 35 años.
Un título sorprendente, "Todo el amor y casi toda la muerte".
Es un título potente, es impactante. El "casi toda la muerte" está referido a que es una novela de fantasmas, espectros; están ahí por nuestra percepción y son seres casi muertos, no acaban de transitar hacia la muerte.
Amor y muerte son temas extremos.
El tema casi va por ahí, por los fantasmas que están al lado.
Es sorprendente la cantidad de premios que reciben sus libros.
Lo cierto es que sí. Es verdad que mis cinco últimas novelas han sido premiadas, una de ellas dos veces. No sé que lectura hacer de eso. Pero este último premio cierra un ciclo. Esta década ha sido prodigiosa para mí, empecé la década con el Nadal en 2001 y la cierro en 2010 con este premio.
¿No alimentan su ego excesivamente estos reconocimientos?
Hay que tener en cuenta que esta novela es todo mi proceso de psicoanálisis. Aprendes a ser humilde y a ver las cosas desde otro ángulo. Aunque todos tenemos vanidad y un escritor sin vanidad es inconcebible. Pero existe un ejercicio de decir que todo es relativo. A lo mejor dentro de tres años estoy olvidado. Lo que no hay que perder de vista es que hay que escribir con honestidad y con ganas.
Además, lo del ego y la vanidad siendo de Bilbao...
Evidentemente, siendo de Bilbao es un matiz que hay que tener en cuenta, es importantísimo. (Risas)
Después de tantas novelas, tantos premios, ¿la imaginación sigue fluyendo o hay que dejar reposar?
Depende, la imaginación es como la vida, las sorpresas van y vienen. Pensé que después de una novela que me ha dejado tan exhausto y que ha sido tan agotadora, tendría que pasar mucho tiempo sin que se me ocurrieran temas nuevos. Resulta que el otro día se me reveló el tema de la novela nueva que voy a hacer. Esto ha sido casi seguido, una detrás de otra. Aún no me he puesto a ello porque hay que dejar reposar y meditar las ideas. Hay veces que hay una gran sequía creativa, esta vez he tenido suerte.
¿Para qué sirven tantos premios además de las compensaciones económicas que puedan tener?
La compensación económica es importante porque es lo que te permite escribir con calma. Sirve para darte una proyección muy potente. Cada premio tiene su personalidad propia y sirve para algo en la biografía de cada escritor. He tenido diferentes respuestas de cada uno; unos me han aportado una cosa, otros me ha proporcionado una mirada diferente. Se puede crear una trayectoria a través de los premios recibidos.
¿Qué ciudad le motiva para escribir?
Yo escribo en Madrid, pero puedo inventar historias en cualquier lugar. Para mí tres ciudades claves, son las tres ciudades donde he tenido relaciones importantes de afecto y de identidad: Bilbao, Madrid y Barcelona. Es donde más a gusto me encuentro. No sé el orden, probablemente Madrid, llevo allí 35 años, pero siempre que vengo a Bilbao me pongo de buen humor. Voy con una sonrisa.
¿No será que sus vueltas a Bilbao se ven con ojos de habitante de gran ciudad, que es como volver al pueblo?
No, no, eso no. Bilbao ha crecido en calidad, es una ciudad que está adquiriendo una calidad impresionante. La verdadera calidad de la ciudad no está en su tamaño, Madrid es una ciudad desmesurada, absurda en ese sentido. Creo que la calidad está en las ciudades más pequeñas, pero con muchos servicios.
En esta feria de vanidades en las se mueven ustedes, los escritores, supongo que es un plus a su ego que las novelas se lleven al cine.
Sí, es un plus. En mi caso se ha llevado una novela, La luz prodigiosa, y se va a llevar otra, Invasor. Pero aparte de ese plus, lo bonito es la ilusión que le hace al escritor que ha creado la novela encontrarse luego con una versión realizada por otra persona distinta.
¿No guioniza sus novelas?
En estos caso no. En Invasor voy a ser el observador. Cuando la película esté hecha, me sentaré en el cine iré al estreno.
¿Qué recuerdos tiene usted de Bilbao?
Yo me fui a Madrid con 17 años y creo que ahí están todos los recuerdos cruciales de la vida de una persona. Bilbao está absolutamente adherida a mi persona, a mis sentimientos, a todo. A Fernando Marías, aunque vive desde hace 35 años en Madrid, no se le puede concebir sin Bilbao.
¿Vive bien de escribir?
Se puede vivir bien, pero no sólo de escribir, creo que hay que tener en cuenta también los aledaños: colaboraciones, conferencias, trabajar en la tele. He tenido mucha suerte.
¿No cree que hay demasiados libros en el mercado?
¿Tú crees? No es malo. El lector elige, eso siempre es positivo.
Hay veces que la saturación de títulos, sobre todo en épocas de novedades, incapacita la elección.
Eso va a empezar a cambiar, estamos en un punto que ha llegado al límite. El libro electrónico va a cambiar mucho las cosas y pienso que en cinco años vamos a tener un panorama distinto al de hoy en día.