Han pasado 40 años desde que Karlos Arguiñano debutó como cocinero profesional y la mitad los ha dedicado a acercar con éxito a los televidentes lo "rico, rico" de la gastronomía española; en este tiempo se ha afianzado en las bases de su cocina: "Limpieza, orden y honradez". Arguiñano (Beasain, 1948) se puso al frente de la cocina del club de Golf de Zarautz en 1970, cuando comenzó a dar forma junto a compañeros como Juan Mari Arzak y Pedro Subijana a la corriente gastronómica conocida como Nueva Cocina Vasca, aunque su fama se multiplicó 20 años después, cuando comenzó su programa de recetas en ETB, después en TVE y ahora en Telecinco.
"Cuarenta años en la cocina no me han aburrido y me han dado la perspectiva para saber qué es lo que tengo que hacer: limpieza, orden y honradez", explica. Arguiñano se ha convertido en este tiempo en un tótem televisivo, con su propia productora, que factura diversos programas, produce cine y edita libros; uno de ellos, Cocina vasca, acaba de recibir en Francia uno de los premios Gourmand, considerados los Oscar de la gastronomía. Se muestra satisfecho, aunque añade que "los libros de cocina deberían estar cerca del fuego para que la gente pueda cocinar en cualquier momento". Y es que, Arguiñano sigue haciendo gala de su campechanía, desparpajo y simpatía para conectar con el espectador; su programa en Telecinco lleva más de cinco años en antena y tiene una media de audiencia en torno al 18%.
¿Qué ofrece Arguiñano que no den otros? "Nada especial -contesta- "hacemos una cocina barata, fácil y divertida, y eso la gente lo agradece". Han pasado los años pero la conexión con el público sigue siendo la misma, "sana y divertida", y añade: "Me llama la atención la comunicación con los niños; desde muy pequeñitos me siguen y me gusta. Me doy cuenta de que son listos". Eso sí, aunque las recetas no han variado mucho, "en los tiempos de crisis la gente pide alegría", comenta Arguiñano, quien incide en que sigue haciendo "una cocina doméstica y barata". No obstante, el cocinero que ha hecho del perejil su toque distintivo reconoce que "se está cocinando menos en los hogares", y España se está alejando en los últimos años del modelo tradicional de dieta mediterránea. ¿Soluciones? "Insisto en el hecho de cocinar y lo hago de la manera más sencilla que puedo. Siempre comento que cocinar en casa es el doble de rico y tres veces más barato".
Acerca del terremoto gastronómico que causó Ferrán Adrià cuando decidió cerrar temporalmente El Bulli, Arguiñano señala que es porque "es muy listo y nos volverá a sorprender gratamente, a nosotros y a los demás". La cocina española, "en general, ha mejorado mucho", apunta, pero ante la pregunta de si es la mejor del mundo responde que "es difícil" afirmar eso; "podemos decir que es una cocina sana, mediterránea... en definitiva, una de las cocinas de moda en el mundo".