madrid. Las obras de Thomas Schütte llenan el Museo Reina Sofía en la primera gran retrospectiva que se celebra en España dedicada al artista alemán, en la que se recorren 35 años de su carrera.

El claustro del edificio de Sabatini, los jardines, el espacio Uno, la Sala de Protocolo y los amplios espacios de la Sala A1 acogen hasta el 17 de mayo 75 obras de distintas disciplinas y diferentes formatos que dan una singular y extensa visión de la obra de Schütte, considerado como uno de los artistas alemanes más importantes de su generación. Las obras seleccionadas por la comisaria Lynne Cooke muestran desde las pinturas realizadas en su época de estudiante hasta la escultura-fuente Mujer llorando, creada expresamente para esta exposición. Algo nervioso, pero satisfecho con el resultado, señaló que, tras contemplar sus primeras obras, le parecía que las de hace 35 años "eran las que más" le gustaban, pero se dio cuenta de que "las de la última época encajan perfectamente con las más antiguas". "Para mí es importante ver que no he acabado como artista y que me queda por hacer en ese sentido". El amplio recorrido de la muestra es como "un examen" de su obra, afirmó el artista, quien no dudó en "pedir perdón" a las personas que les moleste sus esculturas de mujeres reclinadas, en las que dijo haber trabajado con el objetivo de buscar formas escultóricas.

Instalaciones, acuarelas y aguafuertes, fotografías, maquetas arquitecónicas y los principales grupos escultóricos forman una exposición visual considerada "muy importante" por el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel. Éste hizo referencia al intenso diálogo que existe entre Schütte y el escultor Juan Muñoz y señaló que en la obra del artista alemán "hay mucho humor e ironía". "Es una obra que dialoga con el espectador y en ella, a veces, el proceso es más importante que el resultado final. La indagación hace importante su obra".