vitoria. Se puede cuestionar su capacidad ficcionadora -aunque las críticas y los lectores hablan claro de su potencia literaria-, pero lo que está fuera de dudas es el cimiento documental, el trabajo analítico previo que sostiene las piezas históricas del novelista galés Ken Follett. Lo sabe bien el historiador Ismael García, que descubrió enseguida en su última obra, Un mundo sin fin, otros infinitos reflejos al margen de la historia, los que Vitoria dibujaba con la narración. Tantos como para construir un libro en forma de juego, un volumen didáctico y a la par ameno, una guía para encontrar diversos itinerarios históricos y descubrir, en pleno Casco Viejo vitoriano, las huellas de tiempos, de anécdotas y de rostros del pasado.
Vitoria-Gasteiz, una ciudad sin fin es el título provisional de una pieza que la Agencia para la Revitalización de la Ciudad Histórica (Arich) pretende sacar a la luz antes de Semana Santa, aprovechando su más que posible tirón turístico. Junto a Ismael García, también responsable del apartado de ilustración de la obra, el cuarteto de manos lo completa la también historiadora Eva Tobalina, convirtiéndose ambos en constructores de este puente que baja, con la seducción de una pieza nacida desde la vocación de lo cercano, para conectar a gasteiztarras y visitantes con una almendra ya extinguida, pero que con sólo una leve caricia puede aflorar a la superficie para el lector más dispuesto a imaginar.
Y es que otro puente, el de Kingsbridge, se tiende para trazar una de las tantas analogías que Ismael observó, desde un principio, desde la primera lectura del libro, entre la obra de Ken Follett y esta otra obra que ya entonces comenzó a levantarse y que ahora se encuentra en ciernes. Porque también, en las faldas de la calle Portal del Rey, frente al hospital de Santiago, hubo en su tiempo un Puente del Rey. Otro Kindsbridge que, por qué no, podría haber dado nombre a la capital gasteiztarra.
"Hay muchas cosas que Follett situó en su segunda novela tras la visita a la catedral", asegura Ismael García. "La decisión de visitarla cuando escribía la segunda parte de Los pilares de la tierra se debió a que no tenía claro por dónde enfocar el libro y, en parte, lo hizo por la relación entre medicina y patrimonio que vio aquí", apunta Gonzalo Arroita, gerente de Arich. "Y las conexiones son muchas", completa García, "más de las que pensó conscientemente, quizás porque son rasgos comunes en la historia medieval europea. Soy muy aficionado a la novela histórica y, desde el punto de vista de la historia, en la estructura de la novela se percibe que hay una buena radiografía de la sociedad medieval".
Ismael, que paralelamente ultima una tesis histórica apuntalada sobre la antigua muralla gasteiztarra, ha encontrado en la creación de esta singular publicación, a medio camino de muchos géneros, "otra forma de volcar los conocimientos, porque la fórmula de un libro que sirva de guía es enriquecedora", reconoce. No se encontrará en esta inminente edición la profundidad científica de un trabajo de fin de carrera. Ni falta que hace. Pero el libro sí estará arraigado en el más respetuoso rigor analítico, ofreciendo un divertido catalizador didáctico al lector, que podrá llevarlo de la mano en su visita a la parte antigua de la ciudad.
La pieza se dividirá en tres partes. En la primera, Dramatis personae, se establecerá un particular ¿quién es quién? Con la capacidad informativa de un pórtico -sus relieves cuentan siempre infinitas historias-, dos listas de protagonistas establecerán paralelismos entre ellas. Por un lado, la de los personajes de la novela Un mundo sin fin. Por el otro, la de personajes reales alaveses. "Para realizarlo nos preguntamos sobre ellos "¿quién es?", "¿qué personalidad tiene?", y es curioso que encontráramos un personaje real para cada uno de los protagonistas", asegura García.
En el segundo capítulo comienza la gymkana. Las calles del Casco Viejo se convierten en un auténtico mapa del tesoro... histórico, presentando "diversos puntos neurálgicos de su urbanismo" y acercando al lector-visitante hasta sus secretos. Entre estas líneas se descubrirán los entresijos de la Torre de los Anda o del Palacio de los Álava, pero también saldrán a la luz -enterrados para la mirada pasajera del viandante- ermitas u hospitales -anexos siempre a los templos vitorianos- que fueron parte de la vida diaria de Gasteiz en esta época, entre el XIV y el XVI.
en un capítulo Un ejemplo de capítulo: el dedicado a la Casa del Cordón. En él se descubre el nombre con el que se conoció durante muchos años el lugar, la Casa del Crimen, a raíz del caso de Teresa la degollada. En él se desentraña la historia de la familia Sánchez Bilbao y su relación con el Papa Alejandro VI -de la familia Borgia-, que les exculpó con una bula de su pecado judaizante y concedió otra, en 1496, para el traslado del Cabildo de Armentia a la Catedral de Santa María. En él se explican el paralelismo con la obra de Ken Follett y el origen etimológico de la palabra sambenito, se analiza la fachada del edificio -flechas con "F" de Fernando y yugo con "I" de Isabel, los Reyes Católicos-, y se plantea una pregunta final "que cualquier historiador se haría": ¿de qué hilos tiraron los Sánchez Bilbao? Todo en un capítulo. Ahí es nada.
Estos capítulos se convierten en piezas del juego en la tercera y última parte, la que recoge la media docena de itinerarios temáticos que el libro plantea, tanto al vitoriano como al visitante. "Cada uno tiene que ser como una novela", asegura Ismael García, que revela también el lado virtual del proyecto. A través de estos contenidos, la idea es "transformar estos capítulos, por entregas, en un formato tipo blog desde donde se puedan ir desgranando los elementos de la novela", e incluso diseñar itinerarios personalizados, rutas a la carta en función del tiempo y los intereses particulares del lector-jugador-turista-paseante. ¿Por qué está herramienta on line? "Cuando lo estaba haciendo me emocioné, "tiene que verse ya", pensé".
Además de mostrar la relación entre el libro y la ciudad, Vitoria-Gasteiz, una ciudad sin fin -provisional, repetimos- será "una herramienta para que, de una manera muy amena, el vitoriano y el visitante conozcan sus elementos fundamentales; es como si tendiéramos un puente entre el lector y el Casco", asegura Arroita. "Una manera de recuperar la identidad y el alcance de cada uno de sus rincones", completa Carlos Rodríguez de Diego, miembro del equipo de Arich.
Las ventas de Un mundo sin fin se dispararon en la península frente al resto del planeta, algo que ha llevado a Follett a introducir -en principio no lo contemplaba- la Guerra Civil española en su trilogía sobre el siglo XX. La editorial Mondadori está interesada en colaborar con esta singular guía -el control estará en manos de Arich-, a medio camino del libro de historia, la narración y el tríptico turístico.
Todas las perspectivas en una, con el objetivo de re-conocer, de sentir que, de alguna manera, se pasea por ese "efervescente" siglo XIV, ese que vinculó a Gasteiz con la Guerra de los Cien Años (Inglaterra, Francia, Castilla, Navarra...), un conflicto donde "muchos de los nobles vitorianos hicieron carrera". Por ejemplo, que el Príncipe Negro estuvo en Vitoria es otra de las cosas que se podrán descubrir, de forma amena, en un libro que -éste sí- tiene un fin: convertir a Vitoria en historia. Desde la Historia.