Pocas veces un directo por redes sociales ha desatado semejante salseo, pero la tertulia anti-vacunas que expuso por Instagram una bocachanclas Paz Padilla ante la mirada atónita de María del Monte y Anne Igartiburu ha marcado en Telecinco un antes y un después. Una abrupta salida de la presentadora de las tardes de la cadena que se ha precipitado tras una monumental bronca en la que Belén Esteban, ante las incomprensibles salidas de tono de la gaditana, tuvo que ejercer de abanderada de la prevención y la sanidad universal. Que tiene bemoles, todo sea dicho. Pero la realidad es que su ausencia en Sálvame dura ya tres semanas y, al parecer, ni Paz, ni la cadena, ni la productora, tienen prisa por que vuelva. Es más, ya suenan con fuerza nombres de presentadoras que, sin llegar a sustituirla, sí pueden conducir con éxito y solvencia el programa en un momento dado. Un formato de entretenimiento en el que la humorista lleva trabajando desde hace una década, que se dice pronto.
Pero Paz Padilla lleva meses en el ojo del huracán. Sus constantes controversias son la comidilla por los pasillos de Fuencarral. Hasta tal punto que Mediaset ya no está dispuesta a aceptar ni a disculpar ni silenciar más polémicas de la gaditana. "Ya no vale eso de que Paz es así y hay que quererla como es. Sus declaraciones tienen consecuencias, y a veces muy graves. Tiene que entender que trabaja en un medio de comunicación con mucha repercusión y no puede expresar sin filtro todo lo que se le pasa por la cabeza", recoge estos días la revista Semana citando a fuentes de la cadena, que también señalan que "Paz va a permanecer un tiempo apartada para que su imagen se limpie".
Eso sí, su castigo y ausencia en las tardes televisivas de mayor audiencia no implica, ni mucho menos, que su contrato de cadena esté en entredicho. Todo lo contrario: Paz Padilla acaba de renovar con Telecinco, aunque todo parece indicar que la presentadora podría incorporarse a otros proyectos totalmente alejados del mundo del corazón, un formato en el que nunca ha llegado a encontrarse del todo cómoda. Basta con repasar sus malas relaciones con la mayoría de los colaboradores para cerciorarse de que nunca le han soportado. De hecho, tras este último episodio, solo ha recibido el apoyo público de Rafa Mora y Alonso Caparrós. El resto no ha dicho ni Pamplona.