Ayer, con los ojos puestos en el Día del Orgullo de mañana, Zas Kultur desplegaba una experiencia cultural singular por estos lares. El colectivo Ha! Ballroom ofrecía una ventana a una subcultura urbana rica en historia, resistencia y expresión: la cultura ballroom. Esta cultura, originada en Nueva York durante la segunda mitad del siglo XX, ha sido un refugio para las comunidades afroamericanas y latinas LGBTQ+. En un contexto de exclusión y discriminación, estos espacios se crearon para que las personas pudieran ser ellas mismas, celebrar sus identidades y desafiar las normas sociales. Los balls, en resumen, son eventos donde los participantes muestran sus habilidades en diversas categorías de baile y moda, evaluados por jueces con criterios precisos.

La sesión en Zas Kultur ofrecía un primer acercamiento al amplio repertorio empaquetado bajo el sello ballroom. El Old Way se caracteriza por movimientos lineales y precisos, con poses que evocan a las de los modelos de revistas. Elegancia y control en una forma de baile que es a la vez arte y expresión personal.

El Vogue femme es un estilo más reciente y femenino, conocido por su alta expresividad y fluidez. Incluye cinco elementos fundamentales: los elaborados movimientos de manos (Hand performance), el caminar estilizado (Catwalk), el caminar en cuclillas (Duckwalk), los movimientos en el suelo (Floor performance) y los giros y caídas dramáticas (Spins and dips). Cada uno de estos elementos es un alarde de destreza y creatividad, y juntos forman una coreografía que puede ser tan potente como emotiva.

El Runway, por otro lado, se centra en el desfile de moda. Los participantes caminan por la pista como modelos profesionales, mostrando su ropa y estilo personal desbordando confianza. Es una categoría que combina moda y actitud, ofreciendo un espectáculo visualmente llamativo.

Pero la cultura ballroom es más que una serie de estilos de baile. Es un espacio de resistencia y reivindicación. A través del voguing y otras categorías, las personas pueden expresar su identidad y desafiar las normas sociales que a menudo las marginan. Es un refugio donde pueden ser vistas y celebradas por quienes son realmente, un espacio donde la comunidad se fortalece y se empodera.

Dos miembros de la kiki house of Bodega guiaron la sesión, proporcionando una introducción a los códigos y elementos de esta cultura tan rica y desconocida por el ciudadano de a pie. Fue, en resumen, una presentación educativa diseñada para introducir y sensibilizar a los asistentes sobre la importancia y la belleza de esta subcultura.

La acción del colectivo Ha! Ballroom fue un recordatorio del poder de la cultura como herramientas de resistencia y empoderamiento. Para quienes no pudieron asistir, queda la invitación a explorar esta cultura y a apoyar a las comunidades que la mantienen viva. Porque en cada paso de voguing, en cada desfile de runway, hay una historia de lucha y de amor propio que merece ser narrada.