El planeta ha cerrado el período de 12 meses más cálido registrado hasta hoy. Las temperaturas globales han superado en más de 1,3 grados los niveles preindustriales, acercándose peligrosamente al límite de 1,5 grados establecido por el Acuerdo de París de 2015.

Según el informe de Climate Central, las temperaturas medias entre noviembre de 2022 y octubre de 2023 superaron las de las últimas tres décadas en 170 países, lo que según el estudio afectó a 7.800 millones de personas, el 99% de nosotros, los humanos. Además, alrededor de 5.800 millones de personas estuvieron expuestas a 30 días de temperaturas superiores al promedio.

Las temperaturas medias de la superficie del mar en octubre fueron las más altas registradas en la mayoría de los océanos, según Copernicus. Andrew Pershing, de Climate Central, dijo en un comunicado que “este récord es exactamente lo que esperamos” en un clima global cebado por las emisiones de gas.

La traducción en metálico de todo ello es que 2023 fue un año récord en lo que respecta a desastres naturales, según señaló Biden en una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Los desarreglos climáticos han costado a la administración más de 178.000 millones de dólares en daños en un solo año.

El Informe Nacional del Clima (NCA) es un estudio del cambio climático realizado por expertos. En virtud de una resolución de 1990, el NCA se presenta al presidente y al congreso cada cuatro años.

El 14 de noviembre, se presentó el quinto informe (NCA5) que constituye un sumario de los últimos descubrimientos en este ámbito, producto de la colaboración de 14 agencias federales. De fácil acceso online, es el más completo de los cinco informes porque los autores han adoptado un enfoque holístico que incluye los impactos materiales y sociales del cambio climático.

Nos perjudica a todos

Según sus autores, el cambio climático tiene muy diferentes expresiones y afecta a diferentes regiones del país de forma muy distinta. Solo hay una cosa cierta: afecta a todas las zonas del país y nos perjudica a todos.

La costa Noreste se enfrenta a un agresivo aumento de las precipitaciones, un rápido calentamiento del océano y un grave aumento del nivel del mar. La cantidad de lluvia de tormenta se ha incrementado en aproximadamente un 60% desde la década de 1950, el mayor aumento registrado en los Estados Unidos.

El Sureste por el contrario se enfrenta a inundaciones costeras, huracanes y un aumento de las jornadas con temperaturas por encima de la media y olas de calor extremo. En 2017, tan solo el huracán María causó más de 2.300 millones de dólares en pérdidas y daños a cultivos e infraestructuras.

En el Medio Oeste, la actividad de los tornados está aumentando y la densidad de la capa de hielo en los Grandes Lagos está disminuyendo anualmente. Desde 1980, el Medio Oeste ha sufrido más de 49.000 millones en daños económicos debido a inundaciones. Tanto las riadas como las sequías extremas han disminuido significativamente –hasta un 37%– el rendimiento de la producción agrícola de ciertos productos como el maíz.

Las Grandes Llanuras del Norte están experimentando un rápido calentamiento, incendios y lluvias extremas. Entre tanto, las Grandes Llanuras del Sur están sujetas a un calor extremo y un incremento de precipitaciones anuales. Texas ha registrado los cinco meses más húmedos entre 2000 y 2021 mientras que sufría sequías excepcionales durante períodos extensos de 2010 a 2022. Entre 2018 y 2022 se produjeron 52 desastres naturales relacionados con el cambio climático, cada uno con daños superiores a 1.000 millones de dólares.

El Noroeste (Idaho, Oregon y Washington) ha padecido una disminución en la acumulación de nieve, mayores incendios y un aumento de las temperaturas. Por ejemplo, la ola de calor sin precedentes de junio de 2021 causó más de 1.400 muertes, graves incendios forestales, pérdidas significativas de especies pesqueras y daños totales que superaron los 38.500 millones. En el Suroeste (Arizona, California, Colorado, Nuevo México, Utah y Nevada), hemos sido testigos de graves incendios forestales, sequía extrema, y una disminución en la acumulación de nieve en la Sierra Nevada. Desde 2018, 31 desastres naturales relacionados con el cambio climático han causado 700 muertes y daños estimados en 67.300 millones de dólares.

El incremento de las temperaturas aumenta a medida que nos desplazamos hacia el norte. Alaska se está calentando dos o tres veces más rápido que el promedio global, con ascensos promedio anuales desde 1971 de hasta 14,3 °C en el norte. Una ola de calor en el verano de 2019 generó temperaturas máximas diarias que superaron la media en más de 6,6 °C. Se espera que la temporada de nevadas en Alaska se acorte y una disminución significativa en la acumulación de hielo y nieve en las partes sur y oeste del estado.

En Hawái e islas del Pacífico, se aprecia el calentamiento de los océanos, el aumento del nivel del mar y elevadas concentraciones de CO2 atmosférico en Mauna Loa. Las altas temperaturas de la superficie marina, el aumento del nivel del mar y la acidificación del océano están degradando los arrecifes de coral, lo que resulta en daños de 1.200 millones anuales. Para 2050, se proyecta que la pesca disminuirá en un 40% con respecto a 2000.

El negacionismo de Trump

Cambio climático podría provocar enormes pérdidas económicas, especialmente en comunidades vulnerables. Donald Trump anunció que no daba crédito a esos resultados, pero el NCA5 constata que el cambio climático afecta de manera desproporcionada a aquellas sociedades que generan menos emisiones.

Según el informe, las comunidades indígenas y marginadas presentan una mayor vulnerabilidad frente a los efectos del cambio climático, lo que conlleva graves riesgos para la salud. Según el informe, “el cambio climático exacerba la desigualdad” causada por la discriminación sistémica, la exclusión y la falta o ausencia sistémica de desinversiones.

A pesar del aumento de la demanda de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por Estados Unidos han disminuido desde su pico en 2007 debido principalmente a una reducción en el uso de carbón.

Pero hay mucho por hacer. Los esfuerzos para responder al cambio climático deben ser más ingeniosos y adaptativos. Es preciso dar respuestas diferentes a zonas diversas, como la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero del Noreste, destinada a reducir las emisiones de dióxido de carbono en ocho estados mediante leyes que impongan reducciones de al menos el 80% para 2050.

Esto incluye la reducción del uso de carbón, la construcción de más aerogeneradores, la electrificación de edificios y mayores esfuerzos para proteger a la población de los impactos del cambio climático.

El informe de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático del 30 de noviembre y el informe sobre el Estado de la Acción Climática de 2023 coinciden con el veredicto del NCA5. Todos ellos subrayan que el progreso en la acción climática global no avanza lo suficientemente rápido como para responder a tiempo a los retos del calentamiento global. Todos coinciden en que no responder al cambio climático es muy caro y genera pobreza, desigualdad y graves trastornos de salud. Hay muchas estrategias para evitar una catástrofe climática y, “miles de millones de personas esperan ver a sus gobiernos recoger esta caja de herramientas y usarla”, dijo Simon Stiell, secretario de la Convención Marco de Naciones Unidas.