Tampoco aprovechó el Gobierno español el 86º aniversario del bombardeo de Gernika para hacer el gesto que se le demanda desde las instituciones vascas y las ya pocas víctimas de la masacre que quedan, básicamente un reconocimiento expreso, un gesto institucional, solemne, de reparación moral. Y eso, pese a que en la conmemoración estuvo presente por primera vez un ministro. El titular de Presidencia, Félix Bolaños, no se autoinvitó en esa ocasión; más bien al contrario, se le requería y se le esperaba en la villa foral, pero para algo más que para la foto. El argumento del Gobierno español para no realizar una petición de reconocimiento o perdón parece sólido y hasta incontestable: no son herederos de aquellos golpistas fascistas que masacraron a la población gernikarra, sino del legítimo Ejecutivo de la República. Sucede que tras la muerte del dictador –que ganó la guerra en gran parte por atrocidades como la de Gernika– en el Estado español se optó por la modélica transición y no por la ruptura con las estructuras de la dictadura. No la hubo, ni tampoco depuración de esas estructuras. Buena parte de la legalidad, del derecho franquista, continuó. Franco fue proclamado “jefe del Gobierno del Estado” ya en octubre de 1936, casi al inicio de la guerra. Él y sus gobiernos representaron a España en todos los ámbitos internos e internacionales, incluida finalmente la ONU pese a los rechazos iniciales. La propia Monarquía española y la reinstauración de la dinastía borbónica es consecuencia directa de la legalidad impuesta por Franco. A día de hoy –hay que pasmarse–, hay aún en vigor leyes franquistas. Para empezar, nada menos que la Ley de Secretos Oficiales, que el Gobierno español de Pedro Sánchez y Félix Bolaños siguen aplicando sin complejos ni rubor. La herencia que invoca el Ejecutivo es una mera excusa de mal pagador. La petición de excusas a Gernika, el gesto para con el pueblo –y con aquel Gobierno Vasco del que el actual sí se enorgullece de dar continuidad– es cada vez más inexcusable. Paso a paso. Quizá en el 87º aniversario.