e ocupan de nuestros padres y madres, enseñan y cuidan a nuestras nietas y nietos, nos limpian nuestras casas y nuestras empresas, pero, en contraprestación de todo ello, reciben en muchos casos, lo mismo de lo que nos libran, una mierda. Trabajadoras del hogar, limpiadoras, cuidadoras, educadoras... No hace falta esforzarse mucho por utilizar un lenguaje inclusivo al referirnos a la parte asalariada de estos sectores, porque la concordancia gramatical es en un 99,99% de los casos en femenino. Femenino e inmigrante en el caso de muchas de las que tiran de fregona y/o empujan las sillas de ruedas de nuestros y nuestras mayores. Realizan trabajos fundamentales para nuestra organización familiar y para nuestro bienestar y el de los más vulnerables de entre nosotros. A cambio, se les paga con precariedad y salarios en muchos casos de vergüenza. Probablemente pocas de ellas salieron el domingo detrás de las pancartas sindicales en las movilizaciones del 1 de Mayo. Hay situaciones en las que es difícil hasta reclamar tus derechos. Pero solo un día después, la mayoría de la plantilla de las escuelas infantiles de Nafarroa iniciaban una huelga indefinida convocada por la Plataforma 0-3. Al menos, las no afectadas por los servicios mínimos. Estas trabajadoras se sienten maltratadas y ninguneadas, olvidadas y hartas. Mientras, Gobierno de Nafarroa y ayuntamiento se pasan la pelota. Navarra Suma dice que son de Bildu, y el PSN que ya se ha hecho mucho. Mucho, menos sentarse a hablar con ellas, las profesionales del sector. Cualquiera que tenga un hijo o una hija en un centro de estas características sabe de la inmensa labor que con ellos realizan estas personas. Darle a ese trabajo la importancia que merece pasa también por un trato digno para ellas.
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