na de las cantinelas ocurrentes de la derecha foral es el dinero que, al parecer, algunas administraciones públicas desperdician en la promoción del euskera. Para la lengua vasca todo es demasiado. Pero, ¿qué ocurre cuando es para el "no euskera" el dinero que la administración gasta de los contribuyentes? Lo acaba de hacer el Ayuntamiento de Tudela que gobierna UPN. La exposición Libros libres - Liburu libreak llegó a la capital ribera después de recorrer varias localidades navarras sin problemas dignos de mención, con formato bilingüe, castellano y euskera, en carteles, folleto y propaganda. Un sin Dios, al parecer, para la Concejalía de Cultura (sic) de la ciudad, que ha preferido gastarse una pasta imprimiendo de nuevo todo el material, sólo en castellano, sin contar con la opinión de los artistas representados en la misma. No es tarea fácil calibrar qué cantidad de fobia puede tener alguien en la cabeza cuando decide invertir dinero del presupuesto público para impedir que los administrados puedan ni tan siquiera tener delante de sus ojos unas líneas en un idioma determinado. Pero llueve sobre mojado. Solo una semana antes, el Ayuntamiento de Villafranca, gobernado por el mismo partido, censuraba otro cartel, esta vez referido al 8 de marzo, por estar redactado en forma bilingüe. Un episodio más de la triste guerra que lleva UPN, con la inestimable ayuda del PSN, para convertir la zona no vascófona en un búnker lingüístico donde todos los idiomas son aceptados a excepción de uno. Afortunadamente, a esa fortaleza al parecer inexpugnable también le surgen grietas. Los mismos días que en Tudela y Villafranca se eliminaba la lengua vasca de rótulos y carteles, se presentaba en Sesma la asociación Taupada, entre cuyos objetivos está la visibilización del euskera en esta localidad ribera. Torres más altas han acabado cayendo.