Diario de Noticias de Álava
Boteprontoan

Creérselo

Creérselo

Creérselo

ira si es grande el poder de la mente que nos ponemos una chaqueta vaquera para salir de casa estas mañanas heladoras y nos convencemos de que nos da calor. Llevamos la chaqueta vaquera, esa prenda homeopática, sintiendo que nos abriga sin que realmente lo haga. Y así con todo. Si tú crees que te hará bien, te hará bien me ha repetido mil veces mi madre y como todas las frases que repiten las madres es absolutamente cierta. Llegamos a pensar: menos mal que he sacado la chaqueta vaquera que si no me iba a helar. Y lo decimos tiritando, pero no importa, porque lo importante es sentirse bien y creérselo. Hay veces que escucho algunos discursos, en especial de líderes políticos, y pienso: ¿realmente está convencido o convencida de lo que dice? Y si es así, ¿quién le ha convencido de la genialidad de sus palabras? Porque siempre tiene que haber alguien que aliente, que anime, que caliente a la persona que va a dar la cara públicamente para soltar, en muchos casos, un disparate. Hay gente, por tanto, que tiene el poder homeopático de las cazadoras vaqueras para hacer creer a alguien que está bien abrigado cuando realmente está desnudo como el emperador del cuento de Andersen. Son esas personas convincentes que te pueden llevar a hacer algo que no te gusta y hacerlo convencida de que lo haces a gusto. Y para ello utilizan los mismos argumentos y herramientas que usa diariamente la gran maquinaria de marketing consumista que nos rodea y que nos convence de que esta chaqueta abriga, esta crema rejuvenece, esta colonia te hace más sexy y este libro de autoayuda te dará todas las soluciones mágicas a tus problemas. La verdad es que el caladero en el que pescan es amplio, porque se encuentran con una audiencia que muchas veces se lo está pidiendo a gritos: convencedme, convencedme de lo que sea, que yo lo que quiero es ser feliz. Aunque lo pidan tiritando y con la chaqueta vaquera puesta.