23 años en el poder convirtieron a Jordi Pujol en una figura clave en la historia política no solamente catalana sino del conjunto del Estado. Mucho antes quedaron sus años de resistencia al franquismo que le llevaron a ser encarcelado y algo más de una década después de su salida de la Generalitat, llegó la confesión que hundió toda su trayectoria. El reconocimiento de contar en Andorra con una fortuna no declarada.

Con estos mimbres, el cineasta David Trueba se ha lanzado a resumir el legado del político catalán en la serie documental La sagrada familia, que hoy estrena HBO Max. La serie pretende mostrar “cómo se construyó esa figura y porqué concita tantas emociones entre los catalanes”, afirma Trueba. “La confesión llegó cuando ya estaba retirado, por eso para muchos resulta más traumático, se preguntan por qué lo hace, a quién quería proteger o si fue un error, y eso es algo que sigue en el aire”, resume el cineasta madrileño.

VISIONES ENCONTRADAS

Trueba está acompañado en el proyecto por el periodista catalán Jordi Ferrerons, quien cree que en el caso de Pujol las esferas personal y familiar se confunden totalmente, ya que “identificó a Cataluña con él mismo y la gestión de la comunidad pasó a ser un asunto de familia. Era tal la implicación que no sabes donde termina una cosa y donde empieza la otra”. Ferrerons tiene presente además que “para mucha gente representaba un ideal de sociedad y se sintieron dolidos y defraudados. También hay gente que se ha construido el relato de Pujol como santo y sagrado, y señalan que es su entorno el que deja mucho que desear. Pero el antipujolismo también ha existido toda la vida y en esa dinámica polarizada los matices se perdieron, hasta que la confesión de 2014 planteó dudas sobre quién era realmente el exlíder de CIU”.

El documental arranca en las raíces familiares y políticas de Pujol con el papel decisivo de su padre, Florenci, en su vertiente empresarial y bancaria. Tiempos en los que empezaba a hacer gala de su carisma. Capítulos oscuros como el caso Banca Catalana, que empezaron a lastrar su carrera política, aunque es el dinero en el extranjero que acumulan sus hijos y el papel, también controvertido, de su esposa, Marta Ferrusola, lo que fue arrastrando a Jordi Pujol a su hundimiento político.

La serie cuenta con cuatro episodios en los que participan con su análisis casi medio centenar de personalidades de la política, el periodismo y la judicatura. Expresidentes como Felipe González o José María Aznar, el exportavoz de CDC en el Congreso Miquel Roca, periodistas como Jordi Évole o Iñaki Gabilondo, el fiscal Carlos Villarejo o uno de sus siete hijos, Josep, además de su mano derecha, Lluis Prenafeta. Precisamente el testimonio de Josep Pujol fue, para David Trueba, el más delicado.

Ferrerons, codirector y productor, afirma categórico que “el sumario es muy complicado. Hay muchos factores que contaminan el proceso y quizá no va a tener una conclusión como la que nos gustaría. Va a ser “Pujol, caso abierto””.