La Tierra va a tener más minutos en sus días. Este ha sido el más reciente descubrimiento de la Universidad Técnica de Munich, cuyos investigadores han ultimado los datos de la continua desaceleración gradual de la Tierra. El aparato de extrema precisión utilizado, un giróscopo láser de anillo ubicado en el Observatorio Geodésico de Wetzell, es la tecnología más exquisita de sus laboratorios y permite detectar cambios en la velocidad de rotación terrestre con una precisión de milisegundos.
Aunque estas variaciones son imperceptibles para nosotros, han ido dejando pistas sobre la faz de la tierra. La duración de un día ahora son exactamente 23 horas, 56 minutos y 4,1 segundos, pero los días han llegado a tener 17 horas.
¿Cómo sabemos esto? Por las rocas. La actividad geológica del planeta destapa la historia horaria. Varias estructuras sedimentarias presentes en Australia han sido relacionadas con los llamados ciclos de Milankovitch. Estos ciclos enseñan las variaciones en la órbita terrestre y son los que han ayudado a calcular que hace 1.400 millones de años los días duraban 18 horas y 41 minutos.
Una hora más
Debido a la desaceleración de la tierra por sí sola y a factores humanos, los expertos calculan que en unos 200 millones de años la tierra pasará a tener 25 horas. Aunque seguramente nuestra especie no sea capaz de verlo ni contarlo, es un hecho científico que ocurrirá, al igual que hemos llegado a tener una hora más en comparación con el período Jurásico.
Segundos intercalares
Los sistemas de mediación del tiempo no son nada fáciles de sacar adelante. Durante algunos años los expertos han estado añadiendo segundos a los días, correctamente llamados segundos intercalares. Estos pequeños tramos que alargaban las horas y nos mantenían en consonancia, han llegado a su fin. Debido al aumento en la rotación terrestre, los expertos están pensando incluso en recortar segundos a los días, aunque no supondría ningún cambio notable para nosotros.
La luna
La separación que tenemos con la Luna está cambiando debido a la rapidez de rotación de la Tierra, que empuja poco a poco a nuestro satélite cada vez más lejos. De hecho, en comparación con hace 2.460 millones de años, la Luna se sitúa a 60.000 kilómetros más de distancia. Como sabemos, la Luna es responsable de las mareas y también estabiliza el clima de nuestro planeta debido a los movimientos del eje de rotación de la Tierra.
A causa del alejamiento de ambos cuerpos celestes, se puede afirmar que traerá un cambio seguro, aunque aún lejano, en la forma de percibir los eclipses solares. Aunque no dejaremos de tenerlos, la Luna, al encontrarse a varios miles de kilómetros más de distancia que en la actualidad, no será capaz de tapar con totalidad al Sol, dejando un anillo alrededor. Este tipo de eclipses se llaman eclipses anulares del Sol y, aún sabiendo que esto sucederá, no sabemos si permaneceremos en la Tierra para comprobarlo.
Si mientras leías seguías teniendo la esperanza de llegar a tener una hora más en tu día a día, sentimos haberte decepcionado. Nadie de los aquí presentes podrá sentir cómo es vivir una hora más, ni ver los nuevos tipos de eclipse.
Una vez más la tecnología nos deja en la palma de la mano lo que nunca podremos llegar a tocar.