MADRID. Venus y Júpiter, los planetas más brillantes en el cielo, culminarán en la noche de este 30 de junio un acercamiento que les hará situarse a un asombroso tercio de grado de diferencia.
Eso es menos que el diámetro de la Luna llena, y permitirá que un observador pueda tapar ambos planetas detrás de un dedo meñique.
Este mes de junio ha ofrecido un espectáculo simpar en el cielo nocturno: los dos planetas más brillantes, Venus y Júpiter, han ido convergiendo en este encuentro cercano asombroso.
Todas las noches del mes la separación entre Venus y Júpiter se ha encogido visiblemente.
Además, el 19 de junio, la Luna creciente se unió a la escena, formando un triángulo isósceles brillante en el cielo del atardecer.
Una noche después, el 20 de junio, los vértices se reorganizaron formando otro triángulo isósceles.