MADRID. En la investigación, publicado en 'Tectonophysics', destaca que el cráter, provocado hace millones de años, desapareció de la superficie hace tiempo. De hecho, el equipo geofísicos que lo ha descubierto ha hallado las cicatrices gemelas de los impactos oculto en la corteza terrestre.
"Los dos asteroides debían de media cada uno como 10 kilómetros de diámetro. Con estas dimensiones, su caída habrá supuesto el final para muchas especies sobre el planeta en aquel momento", ha explicado el autor principal del trabajo, Andrew Glikson de la Escuela ANU de Arqueología y Antropología.
Para los científicos, la revelación de estos antiguos impactos violentos puede conducir a nuevas teorías acerca de la historia de la Tierra. "Los grandes impactos pueden haber tenido un papel mucho más significativo en la evolución de la Tierra de lo que se pensaba", ha añadido Glikson.
En el caso de este suceso, el equipo apunta que "no está claro" la fecha en la que tuvo lugar, aunque las rocas alrededor de las brechas tienen entre 300 y 600 millones de años años. Aún así, apuntan que las evidencias son "insuficientes". Además, Glikson reconoce que "no se ha encontrado un evento de extinción que coincida con estas colisiones".
Durante la investigación, se halló que el núcleo de la perforación contenía restos de rocas que se habían convertido al vidrio por la temperatura extrema y la presión causada por un impacto importante. Este calor también modeló la corteza profunda en la zona, trazando protuberancias ocultas en las profundidades de la Tierra, ricas en hierro y magnesio, que corresponde a la composición de la capa de tierra.
Glikson ha explicado que el hallazgo se produjo durante una perforación que se estaba llevando a cabo para otro estudio. El lugar concreto donde se encuentra es la frontera de Australia del Sur, Queensland y el Territorio del Norte.