BRUSELAS. El voto se produce después de que hasta cuatro comisiones europarlamentarias hayan recomendado rechazar el acuerdo y de que la Comisión Europea haya recurrido al Tribunal de Justicia de la UE (TUE) en busca de su aval, frente a la presión social por las críticas de usuarios de Internet y las 2,5 millones de firmas que llevaron una queja ante el Parlamento Europeo.
Con este veto (478 votos en contra, 39 a favor y 165 abstenciones), el acuerdo ACTA no podrá aplicarse en la Unión Europea y se mantendrán las normas exigentes en materia de lucha contra la falsificación y la piratería. Si Bruselas quiere seguir adelante para reforzar las reglas tendrá que buscar nuevos instrumentos o renegociar el acuerdo con sus socios internacionales teniendo en cuenta las exigencias de la Eurocámara.
En el debate previo al voto, el martes en Estrasburgo (Francia), todos los grupos políticos a excepción del Partido Popular Europeo (PPE) se pronunciaron en contra del texto por distintas razones. 'Populares' europeos y el comisario de Comercio, Karel de Gucht, defendieron la necesidad de un acuerdo internacional para proteger la propiedad intelectual y combatir la piratería y pidieron a la Eurocámara aplazar el voto hasta conocer el fallo del TUE, algo que no han conseguido.
Este miércoles, De Gucht ha dicho "reconocer" la posición de la Eurocámara pero ha dejado claro que seguirá adelante con la consulta al TUE para aclarar la compatibilidad de ACTA con los Tratados europeos, en especial con la Carta europea de Derechos Fundamentales.
Después, ha explicado, retomará los contactos con los socios internacionales, los gobiernos europeos y la Eurocámara para ver el modo de avanzar "en la protección intelectual a nivel internacional y dentro del Derecho internacional". "Con el rechazo a ACTA, no desaparece la necesidad de proteger la columna vertebral de la economía de Europa a escala global: nuestra innovación, nuestra creatividad, nuestras ideas, nuestra propiedad intelectual", ha apuntado el comisario.
La reacción del Partido Popular Europeo ha sido contundente y ha tachado de actitud "irresponsable" el voto en contra de la mayoría sin esperar el fallo del TUE, porque el veto a ACTA tendrá "graves consecuencias", en palabras del ponente 'popular' del caso, Christofer Fjellner.
Fjellner ha criticado que no hay instrumentos para combatir el "grave riesgo para el empleo y las empresas europeas" que pretendía controlar ACTA en su lucha contra la piratería y la falsificación. "El no a ACTA afectará durante mucho tiempo a la credibilidad de la UE en futuras negociaciones comerciales internacionales, lo que dañará seriamente los intereses europeos", ha añadido.
Mientras, el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, ha querido destacar que los eurodiputados no están en contra de combatir la piratería, pero consideran que ACTA es "la mala solución".
"El voto no ha sido en contra de la propiedad intelectual. El Parlamento Europeo apoya incondicionalmente la lucha contra la piratería y la falsificación, que daña a las compañías europeas y plantea una amenaza para la salud de los consumidores y los empleos europeos", ha declarado Schulz a través de un comunicado.
También ha celebrado que el debate sobre este controvertido acuerdo haya "demostrado que existe una opinión pública europea que trasciende las fronteras nacionales".
Los creadores y fabricantes europeos también han lamentado que la Unión Europea haya "perdido una oportunidad" para proteger su industria de la innovación y creación en el mercado internacional y han subrayado las consecuencias negativas que tendrá la no aplicación de ACTA en la creación de empleo y la competitividad de la UE.
Además, han pedido a los eurodiputados que tengan en cuenta la opinión del Tribunal de la UE cuando éste se pronuncie y que hagan de la protección intelectual una "prioridad" de la política comercial europea.
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Entre quienes se han opuesto a ACTA en la Eurocámara, los socialistas españoles han explicado su voto por ver "plenamente justificadas" la "la inquietud y preocupación que ha manifestado la ciudadanía en los últimos meses", ha explicado la eurodiputada Maria Badia.
El vicepresidente de Los Verdes europeos, Raúl Romeva (ICV), por su parte, ha destacado en un comunicado que se trata de "una victoria para la ciudadanía, quién le ganó la batalla a los lobbies industriales". "La sociedad civil europea ha hecho una gran campaña, con una movilización masiva que llegó a los representantes en el Parlamento", ha celebrado.
"El rechazo al ACTA significa abrir un espacio de debate público, tanto a nivel europeo como en cada Estado miembro, para regular la propiedad intelectual encontrando el equilibrio entre la protección de la creación y la innovación y el intercambio de conocimientos y de las libertades civiles", ha asegurado Romeva.
Para su entrada en vigor, el acuerdo ACTA necesita ser ratificado por al menos seis de las partes que lo han negociado, entre ellos Estados Unidos, Australia, México, Marruecos y Japón. En el caso de la Unión Europea, deben firmarlo y ratificarlo cada uno de los Estados miembros y la UE como bloque, por tratarse de un acuerdo que abarca competencias nacionales y comunitarias.