MADRID. Así lo ha manifestado hoy en un acto con los medios Mario García, director general de Iberia en Check Point, multinacional israelí de seguridad informática, que ha advertido de la profesionalidad de los ciberdelincuentes actuales en sus ataques a todo tipo de empresas e instituciones, dotadas incluso de los más potentes sistemas de seguridad.

Aparte de las múltiples amenazas informáticas contra las empresas desde el exterior -se dan 50.000 nuevas variantes diarias de software malicioso, según sus datos-, este experto ha advertido de que las grandes compañías apuestan cada vez más por proteger posibles "escapes" de su información confidencial, con fuertes inversiones en sistemas que impidan a los trabajadores difundir datos privados a la competencia.

García se ha referido a ciertas técnicas para disuadir a los empleados frente a ese tipo de prácticas, como por ejemplo, "las marcas de agua", que, aunque ha dicho que todavía están muy poco extendidas en las empresas, "son muy efectivas, y rentables desde el punto de vista económico".

Las "marcas de agua", ha explicado, dejan una especie de rastro que permite detectar la identidad de la persona sospechosa de haber sacado al exterior información confidencial o restringida de la empresa.

El experto ha advertido, por otro lado, acerca de la falta de estrategias en muchas empresas en cuanto al uso de la información y el acceso a ella que deberían hacer sus empleados a partir de los dispositivos móviles que manejan, muchas veces personales.

Ante la proliferación de estos aparatos, García pronostica que finalmente cada empresa terminará estableciendo un límite respecto a la utilización que quiere que los empleados hagan de los datos corporativos para garantizar la seguridad.

Admite que algunas compañías apostarán por una especie de "barra libre", pero otras muchas cerrarán "puertas de acceso a la información" desde ciertos dispositivos, o establecerán mecanismos que compaginen distintas posibilidades para garantizar unos datos totalmente protegidos.