MÁLAGA. Se trata de un dispositivo desarrollado por una empresa sueca, que participa en un proyecto financiado con fondos europeos y que se comercialzará a partir de 2013, ha explicado a EFE Javier García, el responsable de un grupo de investigación de la Universidad de Málaga que también colabora.
Si el usuario quiere contactar con un pariente o asistente sanitario puede iniciar una llamada con tan sólo pulsar un botón del dispositivo, lo que se le notificará a la persona interesada, quien, a través de una aplicación gratuita y conexión a Internet, podrá acceder virtualmente a la vivienda y caminar por su interior.
Además, en caso de que el cuidador o la persona autorizada desee comunicarse con el paciente para conocer su estado de salud tendrá la posibilidad de efectuar una llamada de emergencia, de forma que, si éste se encuentra indispuesto o ha sufrido algún percance, el facultativo pueda contactar directamente con él sin desplazarse.
La combinación de varias tecnologías no sólo permite que el individuo que ha sido invitado a entrar navegue y se mueva en el entorno de forma autónoma, sino que el usuario de la jirafa tenga la oportunidad de hablar, escuchar, mirar y ser visto a través del sistema de videoconferencia.
El uso de este aparato no requiere conocimientos informáticos, sino que basta con que su dueño se coloque delante de la pantalla y responda a la llamada, o bien inicie la comunicación, mientras que el visitante sólo debe disponer de un ordenador con cámara integrada y un sencillo programa para conducir y aparcar la "jirafa".
Las primeras pruebas piloto en España se llevarán a cabo a partir de distintos tests con los que se pretenden evaluar las necesidades que tienen los sujetos a los que se dirige esta iniciativa -sobre todo personas dependientes o ancianos-, algo que posibilitará comparar resultados de satisfacción en diversas ciudades europeas.
Para ello, varios informáticos de la Universidad de Málaga, que han contactado con el Servicio Andaluz de Salud, probarán el prototipo con personas que residan en la Costa del Sol, tengan a sus familiares en Suecia y precisen de algún tipo de asistencia sanitaria para así observar cómo interactúan.
Otro de los fines que persigue esta "jirafa", que incorpora una cámara web, unos discretos altavoces y un pequeño micrófono para la transmisión de voz e imagen en tiempo real, es fomentar que los mayores no se aislen socialmente, sino que mantengan contacto con familiares y amigos de cualquier parte del mundo.
Los investigadores prevén que en un plazo de dos años y medio este artilugio, que actualmente ronda los 4.000 euros, pueda llegar a los hogares con un precio asequible -que variará en función de la producción- para conseguir de este modo que los ancianos se beneficien de dicho dispostivo: la última moda en teleasistencia.