Con la llegada del otoño vuelve (en principio) la lluvia y el paraguas se convierte en un complemento que no conviene dejar demasiado lejos si no queremos mojarnos por la calle si a las nubes les da por descargar.
Un elemento, el paraguas, que todo el mundo tiene (incluso varios) pero que realmente no ha evolucionado demasiado con el paso de los años (y los siglos) más allá de que existan modelos plegables o que hayan diseñado algunos para que no se den la vuelta ante las rachas de viento.
Empuñadura confusa
Si en algo se han modernizado los paraguas es en sus diseños, abandonando la sobriedad y seriedad de antaño para ofrecer modelos de todo tipo, con colores llamativos, imágenes, frases o empuñaduras originales.
Es precisamente el mango de un paraguas lo que el lunes provocó momentos de pánico en el Hospital Universitario Ramón y Cajal, en Madrid. Unos cuantos pacientes se alarmaron y avisaron al personal sanitario cuando vieron a un hombre que, según lo que ellos creyeron ver, portaba una catana por los pasillos del hospital.
Como el uso de este tipo de espadas japonesas ya ha generado más de un episodio violento y caótico antaño, desde el hospital se dio alerta inmediatamente a la Policía Nacional, cuyos agentes llegaron rápidamente hasta allá.
Testigos en redes
Mientras, alguno de quienes habían presenciado el momento se lanzaba a publicar en la red social X: “Un sujeto con una Katana por el Hospital Ramón y Cajal… Estamos encerrados en la primera planta. Y la Seguridad anda en su búsqueda… Imagino que habrán enviado efectivos para allá”, escribía un usuario del hospital.
Otra ampliaba la información, quejándose además de la forma de actuar en la emergencia. “Sí, el personal se ha encerrado en salas y despachos, pero se les ha olvidado avisar a los pacientes y familiares que como mi madre (en silla de ruedas) y yo estábamos esperando en la zona de ambulancias… Si llega a ser real y pasa ese hombre armado por ahí… heridas o muertas”.
No lo volverá a usar
Porque lo que descubrió la Policía Nacional es que la supuesta catana no era más que un paraguas con una empuñadura que realmente se parecía a la de esa espada. El hombre, que no sabía que había ocasionado semejante revuelo, aseguraba que había acudido a una visita rutinaria y, visto lo visto, anunciaba que no volvería a usar ese paraguas, un modelo que se vende en plataformas como AliExpress por unos 10 euros.