Muchos equipos de fútbol suelen establecer sistemas particulares de sanciones, ya sea por las tarjetas recibidas por los futbolistas durante los partidos o por llegar tarde a los entrenamientos. Generalmente son pequeñas multas que sirven para financiar una comida a final de temporada con el dinero acumulado.

La 'Ruleta del Castigo'

En el Mónaco, que juega en la Ligue 1, la primera división del fútbol francés, en la que es sexto, a tres puntos del líder, el Paris Saint-Germain, tienen instaurado un sistema curioso. Lo conocen como la Ruleta del Castigo, una especie de Ruleta de la Fortuna pero sin premios positivos, más bien lo contrario.

Quien llegue tarde a un entrenamiento debe hacerla girar delante de sus compañeros y cumplir lo que salga en la casilla que quede señalada. Hay castigos leves y otros bastante más dolorosos, y a Christian Mawissa quizá le tocó el peor de todos. El joven defensa francés, de 20 años, se retrasó en una de las sesiones y se vio obligado a someterse a la ruleta que ha impuesto el entrenador belga Sébastien Pocognoli.

iPhone para todos

Y ahí tuvo muy mala suerte, porque le tocó regalar a cada uno de sus compañeros un iPhone 16 Pro Max, el último modelo de teléfono móvil de Apple, y además en su versión más cara, que supera los 1.300 euros. Por lo tanto, considerando que la plantilla la forman 25 jugadores, y descontándose a él, deberá gastarse unos 31.200 euros. Una cantidad muy elevada, aunque no es nada dramático para un jugador de un equipo muy poderoso económicamente y en el que militan nombres tan conocidos como Ansu Fati o Paul Pogba. También es verdad que Mawissa no es uno de los que tiene una de las fichas más elevadas en el conjunto del Principado.

En el vídeo, que se ha vuelto viral en las redes sociales, se puede ver la algarabía del resto de futbolistas del equipo monegasco al ver cómo la ruleta se detenía en la casilla que indicaba que se iban a llevar ese smartphone gratis. O más bien con el dinero de su compañero.

En cualquier caso, a buen seguro que el central francés se asegurará a partir de ahora de no llegar ni un minuto tarde a otro entrenamiento del Mónaco, aunque es cierto que el resto de castigos no son tan costosos como el que le tocó. Y también servirá de toque de atención para el resto de los jugadores.