Los alicientes para subir hoy en día una montaña ya no son puramente deportivos, paisajísticos, de salud o de contacto con la naturaleza y con gente, sino que se les ha sumado el postureo. Para muchas personas es más importante la foto en la cima o delante de la montaña que el hecho de llegar hasta arriba. Y por supuesto hay que subirlo a las redes sociales para que quede constancia de que hemos estado ahí.

Esa fiebre por el selfie en todos los lugares turísticos, también en el medio natural, ha llevado a una masificación insoportable en algunas montañas. Tanto que ya hay quien está poniendo medidas para tratar de frenarla, o al menos de controlarla.

5 euros de peaje

Así, en Val Gardena, en el norte de Italia, han decicido poner un peaje de 5 euros para quien quiera acceder al popular sendero del monte Seceda. La medida la han impulsado los propietarios de los terrenos para frenar el elevado número de visitantes que transitan por la zona, incluyendo turistas, influencers y usuarios de redes sociales. Esta iniciativa es "un grito de ayuda", tras la falta de respuesta de las autoridades provinciales ante los daños provocados por el turismo masivo, asegura Georg Rabanser, uno de los cuatro agricultores propietarios de los pastizales, al diario local Alto Adige.

El sendero Seceda es un popular camino de montaña ubicado en los Dolomitas, en la región de Alto Adige, que conduce a un mirador panorámico de las famosas cumbres de las Odle o Geisler, un emblemático grupo montañoso declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es conocido como el "sendero de los selfies" debido a que, por su belleza y popularidad, atrae a miles de visitantes, turistas e influencers que lo usan para tomar fotos espectaculares con el paisaje de fondo.

'Cierre' con un torno

Los propietarios ya lanzaron el "cierre simbólico" del sendero con un torno y esperaban una respuesta en su ayuda por parte de las autoridades locales y nacionales que, aseguran, no ha llegado. "Mientras los operadores turísticos ganan grandes sumas, nosotros solo acumulamos costes y perjuicios, desde basura abandonada hasta el deterioro de los prados por hordas de visitantes maleducados", lamenta Rabanser.

Según sus datos, solo el 22 de julio se contabilizaron unos 8.000 visitantes en un solo día, lo que ha generado problemas graves como el abandono de residuos y la ausencia de infraestructuras higiénico-sanitarias adecuadas, según medios locales. Eso a pesar de que la Agencia Provincial de Turismo (APT) ha contratado cuatro guardabosques para supervisar que los turistas no abandonen los caminos señalizados, evitar el uso de drones y proteger los prados.

Cuestionan la legalidad

El presidente de la APT en Santa Cristina, Lukas Demetz, cuestiona la legalidad del cobro del peaje y considera que los propietarios buscan solo recaudar dinero tras rechazar la solicitud de indemnización por parte de los operadores turísticos. Por su parte, el presidente del Club Alpino de Alto Adige, Carlo Alberto Zanella, alerta sobre el riesgo de que "cada propietario de un terreno atravesado por un sendero turístico cobre un peaje".