Los callos se podrían definir como unas formaciones duras y gruesas de la piel que pueden llegar a resultar incómodos. Normalmente, surgen en pies, dedos y manos y, por muy molestos que sean, existen varias soluciones sencillas para evitarlas, reducirlas y finalmente eliminarlas de una vez por todas.
¿Cómo surgen los callos?
Los callos se producen como resultado de la fricción o presión a la que está expuesta la piel en una zona concreta del cuerpo. Al juntarse células muertas, se crea una capa gruesa que, con el paso del tiempo, se puede volver muy áspera y molesta.
Las zonas más frecuentes donde los callos suelen hacer acto de presencia son los pies, así como las plantas, los talones y las puntas de los dedos. Aun así, también es común verlas en las manos, y más cuando se suelen realizar tareas manuales.
Remedios sencillos para eliminar los callos
No son un problema grave de salud, pero los callos pueden ser molestos, influyendo en el modo en el que caminamos o llevamos a cabo actividades. Por suerte, hay varios remedios sencillos para tratarlos y cambiar su apariencia.
1. Piedra pómez
La piedra pómez es un recurso utilizado para suavizar la piel gruesa de los callos. Gracias a su material poroso, elimina las células muertas sin dañar las capas más gruesas. Se recomienda repetir este proceso a lo largo de varios días.
Para usarla de forma efectiva, hay que bañar en agua templada la zona afectada durante diez minutos. Después, una vez la piel esté suave, hay que dar paso a la exfoliación, usando este objeto con movimientos laterales o circulares, siempre con suavidad.
2. Lima para pies
La lima para los pies, que posee una lija metálica para pulir la piel dura, es otra herramienta útil. Al igual que la anterior, es fundamental suavizar la piel antes de aplicar la lima.
Tras remojar los pies en agua fría, limamos los callos. Una vez hecho esto, es preferible darse un humectante para mantener la piel flexible.
3. Cremas exfoliantes
Las cremas exfoliantes son muy prácticas para acabar con los callos sin tener que recurrir a procesos manuales, sobre todo porque muchas de ellas contienen ingredientes como urea o ácido salicílico que desechan la piel muerta.
De todas formas, es clave comprobar la etiqueta de los productos, puesto que hay algunos que son un riesgo para la piel y causan irritaciones. Por ese motivo, consulta a un profesional para elegir la adecuada.
4. Pasta de bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio es un ingrediente muy extendido en el ámbito de la cosmética casera. En este caso, puede ser un perfecto aliado para tratar los callos. Basta con mezclar dos cucharadas de bicarbonato con agua para conseguir una pasta espesa.
Por si fuera poco, unas gotas de jugo de lima potencian su efecto. Tras echar la mezcla sobre el callo, debemos cubrirlo con un vendaje.
5. Sal de Epsom
La sal de Epsom es otro remedio eficaz para suavizar la piel. Hay que añadir un puñado de ella al agua tibia y sumergirla en la zona afectada varios minutos. Cuando la piel esté relajada, procedemos a otro tratamiento para eliminar el callo.
Prevención de los callos
A pesar de estas recomendaciones, prevenir los callos es la mejor solución que existe. Por eso mismo, una buena higiene y un cuidado perfecto de la piel harán que estas durezas no aparezcan en nuestro cuerpo. Asimismo, elegir bien la ropa y el calzado es de mucha utilidad, pues las mantiene libres de fricciones.