Si sufres algún tipo de dolencia musculoesquelética, es probable que visites al fisioterapeuta con relativa frecuencia y en más de una ocasión habrás abandonado la consulta con una especie de esparadrapo pegado en la zona afectada. Probablemente, nunca te has preguntado cómo se llaman esas tiras ni para qué sirven exactamente. 

Pues bien, se trata de cintas kinesiológicas, responsables del kinesiotaping o vendaje neuromuscular, una técnica relativamente nueva diseñada por el japonés Kenzo Kase a mediados de 1970 y que llegó a España hacia el año 2000.

Estas tiras adhesivas sirven para tratar lesiones musculares, articulares, neurológicas y de ligamentos, y entre sus funciones están las de ayudar a tonificar o a relajar los músculos, a mejorar la circulación sanguínea y linfática y a disminuir la inflamación y el dolor. 

Frente a otro tipo de vendajes, el kinesiotaping destaca por permitir la movilidad natural del cuerpo y por su perfecta adaptación al contorno muscular, lo que aporta gran estabilidad a tendones, ligamentos y músculos. Como paso previo a su colocación, el especialista tratará la zona con dolor o con lesión a través de una terapia manual y una vez que esta se encuentre caliente colocará las tiras.

Una paciente realiza ejercicios con una especialista. Freepik

Cómo son las cintas kinesiológicas

Aunque por su apariencia parezcan un simple esparadrapo, se trata en realidad de un producto bastante sofisticado. Son unas tiras de algodón trenzado y poroso, transpirable y con una capa de acrílico; imitan las características de la piel en cuanto a textura, grosor, elasticidad y peso; son elásticas en sentido longitudinal, pero no transversal, y pueden estirarse hasta un 160% de su longitud. Cuentan en uno de sus lados con un adhesivo que se activa con el calor corporal y que las mantendrá pegadas a la piel entre 3 y 7 días (suelen ir despegándose por si solas). Además, son resistentes al agua, por lo que puedes ducharte con ellas sin problema.

Por lo general, estas tiras no causan reacciones alérgicas y no llevan ningún tipo de medicación, aunque hay algunas que contienen turmalina, un mineral que al contacto con el calor corporal libera iones negativos que aumentan la temperatura en la zona, mejoran el riego sanguíneo y generan un efecto sedante, con lo que esto conlleva de alivio del dolor.

Una mujer se ejercita con una mancuerna en una consulta. Freepik

Cómo actúa este vendaje

Cuando tenemos una lesión, el músculo se inflama o se contrae, reduciendo el espacio que queda entre este y la piel. Por este espacio pasan venas, arterias, vasos linfáticos y una serie de receptores nerviosos que son los encargados de enviar las órdenes del dolor al cerebro. Al reducirse ese espacio, todo esto se comprime y el paciente siente dolor.  

Precisamente, para corregir esa falta de espacio se colocan estas tiras elásticas sobre el músculo lesionado. Dispuestas de la forma correcta, en la dirección del músculo, elevan la piel y aumentan el espacio, lo que aliviará la presión y hará que el paciente deje de sentir dolor. Deben ser colocadas por el fisioterapeuta, ya que si no están bien puestas no harán ningún efecto. 

Cintas kinesiológicas en la pierna de una mujer. Freepik

¿El color importa?

Precisamente, el color de estas tiras es uno de los aspectos que más llama la atención. Aunque no está científicamente probado, hay distintas teorías que apuntan a una posible correlación entre el color y la vibración que este emite. Estas señalan que los colores fríos como el azul reflejan la luz y por ello reducen la temperatura de la zona afectada produciendo un efecto relajante y calmante en lesiones con inflamación. Las cintas fucsias, rojas o rosas absorben la luz y con su efecto activador y estimulante elevan la temperatura de la zona en la que se aplica. El negro o el beige son colores más neutros y los más discretos desde un punto de vista estético.  

No usar el 'kinesiotaping'


- En heridas abiertas o rozaduras.

- En pieles con eccemas, quemaduras o psoriasis.

- En personas con piel sensible, alergias o reacciones dermatológicas.

- En pacientes con extremidades con trombosis o problemas circulatorios.

- Evitar en diabéticos ya que se puede ver alterada la absorción de insulina en áreas cercanas al punto de administración.

- En embarazadas, evitar los vendajes que puedan afectar a la zona del útero.