El Baskonia sabe sufrir ante el Zaragoza (90-84)
El equipo vitoriano suma un triunfo imprescindible en la carrera por el 'play off' tras resistir las acometidas de un batallador visitante maño
El Baskonia sigue jugando con fuego en la búsqueda de su plaza para las series finales por el título. En Valencia necesitó una prórroga para seguir con vida y ante el Zaragoza vivió otro capítulo de sufrimiento insospechado en una jornada donde los maños le llevaron al límite. De hecho, los ocho cuerpos de ventaja finales resultaron engañosos.
El 1x1 del Baskonia ante el Zaragoza: Samanic revive a lo grande
Tras un partido con luces y sombras a partes iguales, el conjunto vitoriano salvaguardó su integridad en el Buesa Arena ante un batallador visitante maño que estuvo bien metido en el partido hasta casi el bocinazo final.
En otro asalto decisivo para intentar inmiscuir su figura entre los ocho primeros, el Baskonia se topó con la feroz resistencia de un Zaragoza renacido tras el cambio de técnico. Las alternativas en el marcador fueron una constante sin que los alaveses adquiriesen casi nunca un pequeño colchón para gozar de cierta tranquilidad.
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Con las espadas en todo lo alto, dos tiros libres regalados por Sulejmanovic, varios providenciales rebotes ofensivos, una dentellada de Howard en una penetración a canasta y la firmeza de Forrest desde la personal sirvieron para neutralizar la amenaza triplista del excelso francotirador lituano Dimsa.
Huérfanos de la continuidad soñada y con ciertos agujeros en el trabajo de contención que consintieron demasiadas licencias al Casademont, los hombres de Laso vivieron en el alambre antes de poder imponer la lógica.
El Baskonia tuvo que encomendarse, entre otras cosas, al sacrificio de Sedekerskis en todas las facetas y al acierto anotador de Samanic para terminar facturando una victoria indispensable.
El lituano puso el corazón y el hambre con la eficacia que le caracteriza, mientras que las pinceladas de calidad llevaron la firma del talentoso croata. Ambos conformaron en los minutos calientes la pareja interior de Laso, que por contra no encontró la dureza necesaria en otros hombres altos como Diop y Hall.
Intercambio de canastas
Otra etapa quemada en la carrera por, al menos, la octava posición de la fase regular con más apuros de los esperados. Sin embargo, queda claro que el Baskonia necesita endurecerse si quiere en primera instancia ser un bloque competitivo que cumpla el objetivo mínimo del play off y más adelante se convierta en una alternativa de poder.
Howard –0 de 7 en triples– anduvo lejos de su mejor versión al igual que los restantes tiradores azulgranas, Luwawu-Cabarrot pasó de puntillas por el duelo ante sus consabidos problemas físicos y el timón volvió a resentirse sin Forrest.
De hecho, Jaramaz ni siquiera hizo acto de presencia en la segunda mitad cuando el estadounidense necesitó coger algo de oxígeno. Pese a tantos palos en las ruedas, la escuadra alavesa sacó adelante el choque de manera casi agónica.
Tras un partido con luces y sombras a partes iguales, el conjunto vitoriano salvaguardó su integridad en el Buesa Arena ante un batallador visitante maño que estuvo bien metido en el partido hasta casi el bocinazo final
El trepidante ritmo anotador del Baskonia tuvo su contrapunto en un Zaragoza que, si bien rehuyó ponerse los guantes de boxeo y dio muchas facilidades atrás durante muchos momentos, también demostró ser un equipo de gatillo fácil y con puntos en los bolsillos. Pese a perder por el camino a Spissu por lesión, los maños vendieron cara su piel en el estreno de Rodrigo San Miguel en el banquillo.
La escuadra vitoriana encontró los caminos hacia la anotación de manera muy sencilla, pero su laxitud defensiva motivó que le costara romper el partido más de lo esperado y se viera por debajo en el marcador en ciertos momentos. Las débiles costuras de los hombres altos salieron a la luz con excesiva frecuencia. De hecho, el Zaragoza anotó infinidad de canastas fáciles cerca del aro en medio de una oposición escasa y Dimsa también dispuso de cómodas suspensiones para seguir metiendo el miedo en el cuerpo.
La inicial candidez maña había dibujado el escenario perfecto para que los estilistas de Pablo Laso camparan a sus anchas durante la tarde, pero el partido se fue convirtiendo en un pequeño campo de minas.
El cierre del rebote defensivo no resultó contundente en las filas baskonistas y para tratar de elevar los decibelios en las facetas más oscuras el técnico vitoriano tuvo que echar mano incluso de Raieste en el segundo y tercer cuarto. El estonio simultaneó su presencia en pista junto a Tadas y Rogkavopoulos con el fin de elevar un listón físico que con otros jugadores brilló por su ausencia.
Sin ofrecer las mejores sensaciones pero práctico, el Baskonia sumó una nueva victoria y, a la postre, conviene quedarse con eso. El vitoriano fue un equipo resultadista que deberá mejorar de forma ostensible si quiere vivir un brillante final de curso.