La tiranía en la ACB de los dos clásicos del baloncesto ha llegado a su fin. Real Madrid y Barcelona se han encontrado con la irrupción de un irreverente Unicaja dispuesto a romper con la hegemonía de blancos y blaugranas en el campeonato doméstico.
Los datos así lo confirman. Y es que los dos títulos disputados en el presente ejercicio bajo el amparo de la Asociación de Clubes han caído del lado malagueño.
La escuadra costasoleña conquistó a principio de temporada la Supercopa disputada en Murcia tras batir en la final al Real Madrid por 90-80 poniendo así fin a seis temporadas de dominio continuado madridista.
Al título alcanzado en los albores de la competición hay que añadir el de Copa del Rey logrado este pasado fin de semana en Gran Canaria tras batir de nuevo con total autoridad al conjunto blanco (93-79).
La escuadra dirigida por Ibon Navarro tiene el honor de haber sido la única en estos 16 años capaz de incluir su nombre en el palmarés copero entre los dos clásicos de la competición.
Desde que el Baskonia conquistara el torneo del KO en la cita de Madrid en el año 2009, culés y merengues habían ganado cada uno siete de las 15 ediciones anteriores. Tan solo el Unicaja fue capaz de romper el monopolio de los dos clubes futboleros en la cita disputada en Badalona en 2023.
Pues bien, dos años después la escuadra malagueña ha vuelto a tocar el cielo y ha dejado claro que el título alcanzado hace dos temporadas no fue flor de un día.
La fulgurante aparición de Unicaja de un tiempo a esta parte con la friolera de cinco títulos alcanzados en tan solo dos años –Copa del Rey (2023 y 2025), BCL (2024), Intercontinental (2024) y Supercopa Endesa (2024)– así lo confirma.
Un presupuesto de 15 millones
Unicaja está dispuesto a establecer un nuevo orden en la ACB. Con un presupuesto que rozará los 15 millones de euros en la actual campaña, es un ejemplo en el que el Baskonia podría verse reflejado ya que su potencial financiero es similar.
El crecimiento de la escuadra afincada en el Martín Carpena ha venido de la mano de la figura del técnico gasteiztarra Ibon Navarro. La llegada del preparador vitoriano ha permitido al conjunto andaluz no solo salir del pozo, sino reverdecer viejos laureles.
Unicaja apuesta por un juego eléctrico, con una plantilla muy física que juega de memoria debido a la continuidad del núcleo duro
Una ascensión imparable fruto de una apuesta por un baloncesto eléctrico, plagado de jugadores de calidad y muy físicos, que compiten casi de memoria debido a la continuidad del núcleo duro del vestuario de una temporada a otra.
Unicaja puede presumir de tener 14 jugadores válidos en plantilla. Y es que aunque Kendrick Perry pueda ser la estrella que más luce debido a su talento y su capacidad para ser un 'killer' que decide partidos, todos los integrantes de este Unicaja son importantes para Ibon Navarro.
Desde una cuerda exterior en la que hay dinamita para dar y regalar con francotiradores como Kalinosky, Djedovic, Taylor o Carter, sin olvidar una batería interior interminable con siete pívots de lo más versátiles, como los duros Ejim, Sima y Kravish o los polivalentes Balcerowski, Tillie, Osetkowski y Tyson Pérez y jugadores de equipo que aportan intangibles casos de Alberto Díaz y Barreiro.
Equilibrio en la anotación
Jugadores de equipo. Todos para uno y uno para todos. Este Unicaja no destaca por tener jugadores con actuaciones descollantes de forma habitual. En un partido el protagonismo puede recaer en uno y en el siguiente los focos irán a parar a otro, teniendo claro que cualquiera de ellos puede ser decisivo.
Y es que el máximo anotador es Carter con 12 puntos, una cifra similar a los que le siguen en este ránking, ya que Osetkowski es segundo con 11,3 y Perry, tercero con 11,1. Un equipo. Todos hacen daño. Cualquiera puede aparecer en cualquier momento.
Ahí están los casos de Taylor con 9,9 puntos por partido en la ACB, Kalinoski (7,5) y Kravish (7,3). Y es que salvo Barreiro con 3,7 puntos por partido, el resto de jugadores de Unicaja promedian más de 4. Múltiples peligros. Así es este Unicaja de Ibon Navarro, que ha llegado para establecer un nuevo orden en la ACB y acabar con la tiranía del Real Madrid y Barcelona.