Un Baskonia inofensivo cayó con claridad en Gran Canaria en una cita en la que, a pesar de jugarse mucho de cara a la pelea por el play off de la ACB, no dio la sensación de tener ninguna urgencia por voltear su situación en la liga doméstica. Sólo Miller-McIntyre mostró algo de orgullo en un duelo en el que la defensa azulgrana volvió a brillar por su ausencia.
El Gran Canaria entró mejor al partido que los alaveses, que arrancaron de inicio con un quinteto formado por Miller-McIntyre, Howard, Marinkovic, Sedekerskis y Costello. El conjunto local logró una primera ventaja de 8-3 facilitada por la tímida defensa del Baskonia. Fue necesario que Miller-McIntyre diera un paso al frente con 14 puntos anotados en el primer cuarto a base de empujar en transición para que los visitantes reaccionaran y lograran voltear el marcador (10-13).
Eso sí, Landesberg, entrando desde el banquillo, aceptó el duelo y, tras entrar en calor atacando la defensa de Howard, anotó diez puntos en poco más de cuarto minutos para conseguir que los amarillos cerraran el primer cuarto por delante con el 26-22.
Dani Díez, manteniendo la puntería de su actuación ante el Fenerbahce, redujo distancias con un triple tras la reanudación y Moneke puso por delante a los alaveses con otra diana, pero entonces llegó la respuesta del Gran Canaria con un parcial de 11-1 comandado por Brussino con el que el duelo se empezó a poner cuesta arriba para el Baskonia (39-31).
Miller-McIntyre, inmenso en todas las facetas pero sin la habitual colaboración de Moneke y un Howard sin acierto y desquiciado por las faltas, se echó el equipo a la espalda y siguió anotando y recogiendo rebotes de mucho mérito. El director de juego norteamericano, de hecho, cerró la primera parte con una de sus habituales canastas sobre la bocina y 22 puntos, más de la mitad de los 39 de su equipo, por lo que su inestimable trabajo no fue suficiente ante un Gran Canaria que rompió con facilidad la defensa visitante con su movimiento de balón y llegó al descanso con una ventaja de 48-39.
Sin capacidad de reacción
Necesitaba el Baskonia la aportación de más jugadores en la segunda parte para tener opciones y la encontró al regreso de vestuarios en Rogkavopoulos, autor de los primeros ocho puntos azulgranas del tercer cuarto. Sin embargo, a causa en unas ocasiones del talento de Brussino y en otras de la permisividad defensiva vitoriana, el Gran Canaria logró mantener su colchón en todo momento alrededor de los diez puntos.
El cuadro canario, más sólido atrás y regular en ataque que un Baskonia que dio la sensación de ir a tirones, repartió su anotación entre varios jugadores y en cuanto vio la oportunidad, aprovechó para apretar el acelerador y encadenar un parcial de 8-0 con el que estiró su ventaja hasta los 14 puntos, que fueron 11 al término del tercer parcial tras un triple desde la esquina de Moneke (68-57).
El triple despertó momentáneamente al interior nigeriano, que sumó cuatro puntos más a su casillero en el comienzo del cuarto decisivo gracias a sus penetraciones, pero no logró meter miedo a los locales, que en todo momento dieron la sensación de tener el encuentro bajo control. Los minutos se fueron consumiendo con un intercambio de canastas que no favorecía a un Baskonia con buenos números en ataque, pero incapaz de meterse en el partido desde la defensa.
Con el 77-65 en el marcador y 7:30 minutos por delante, Ivanovic devolvió a cancha a Howard, inédito desde que cometió su tercera falta en el segundo cuarto, en un último intento de remontar el encuentro, pero según entró el escolta llegaron un triple de Shurna y cuatro puntos de Lammers para con los que el Gran Canaria estiró su ventaja hasta una máxima de 84-65 con la que terminó de enterrar las opciones gasteiztarras.
Con la pausa y la calma de quien se ve muy superior, el cuadro local manejó con inteligencia unos últimos minutos eternos y se llevó sin problemas un triunfo con el que se coloca tres victorias por encima del Baskonia y con el basket average a su favor a once jornadas del final de la ACB. La situación de los azulgranas en el torneo doméstico empieza a ser ya realmente preocupante, y la posibilidad de quedarse fuera de las eliminatorias de la ACB por primera vez en su historia, cada vez mayor.
