Luca Vildoza pondrá este miércoles el morbo en el Buesa Arena. El base-escolta marplatense disputa mañana su primer partido como rival del Baskonia en el Buesa Arena enfundado con la elástica del Panathinaikos.

En octubre del año pasado estuvo en Vitoria con la expedición del Estrella Roja, pero no pudo vestirse de corto al no estar inscrito en ese momento en la Euroliga y tuvo que seguir el partido como un espectador más.

En el choque de vuelta, en cambio, sí se midió a los alaveses en Belgrado, aunque fue una jornada de infausto recuerdo para él ya que solo anotó 3 puntos en el claro triunfo de los serbios -dirigidos entonces por Dusko Ivanovic- por 74-63. De hecho, sufrió una lesión muscular que tan solo le permitió jugar poco más de 10 minutos.

Es una incógnita el recibimiento que le tributará el Buesa Arena al héroe del último título conquistado por el Baskonia, en concreto aquella Liga ACB en el burbuja de Valencia en 2020 tras la interrupción del torneo por culpa del coronavirus.

Vildoza fue el autor de una canasta ante el Barcelona que ya ha pasado a los anales de la historia azulgrana, pero su vuelta al Estrella Roja tras una oscura etapa en la NBA y el consiguiente litigio con la entidad de Josean Querejeta a cuenta de sus derechos en el baloncesto continental han enturbiado la relación entre las dos partes.

Y todo ello pese a que Vildoza trató de rebajar la tensión hace más de un año en su regreso a Vitoria. "Realmente no tengo problemas con el Baskonia. El problema fue más un tema político y un tema de la cláusula en el que yo poco tengo que ver. Sinceramente no ha podido darse mi vuelta a Vitoria, pero yo vivo aquí. Alguna gente puede sentirse traicionada, pero siento amor por esta ciudad y este equipo porque me dio la posibilidad de crecer y llegar a la mejor liga del mundo", aseguró en aquel instante.

Poco brillo en Atenas

Tras recuperar su prestigio en el Estrella Roja, Vildoza se convirtió el pasado verano en una de las contrataciones más rutilantes para el megaproyecto del Panathinaikos. El argentino aceptó una tentadora oferta por tres temporadas y un sueldo superior al millón de euros por cada una de ellas.

En el conjunto del OAKA, sin embargo, no está viviendo una gran temporada en el plano personal ni justificando la inversión de Dimitris Giannakopoulos pese a sus ramalazos de calidad. Promedia unos escuálidos 6,4 puntos, 1,7 rebotes y 1,8 asistencias en menos de 18 minutos de juego con unos porcentajes bastante discretos: un 40% en tiros de dos y un 32% en triples.

Vildoza no ha encontrado todavía su sitio en el particular ecosistema del histriónico Ergin Ataman y con la llegada del compulsivo anotador Kendrick Nunn sus minutos se han reducido

Vildoza no ha encontrado todavía su sitio en el particular ecosistema del histriónico Ergin Ataman y con la llegada del compulsivo anotador Kendrick Nunn sus minutos se han reducido. La competencia en la cuerda exterior del Panathinaikos es feroz pese a la lesión de rodilla sufrida por Papapetrou con piezas de contrastada valía como Sloukas, Grant, Grigonis o el emergente griego Kalaitzakis.

Por otro lado, el marplatense todavía sigue a la espera de saber si deberá abonar al Baskonia las cantidades económicas relativas a su retorno a Europa en 2022. Algo que el club vitoriano reclama por los derechos que se reservó sobre el jugador en el Viejo Continente cuando dio el salto a los Knicks desde Gasteiz, donde conserva su casa.

Si bien se esperaba la sentencia para noviembre del año pasado, el juez aún no ha determinado quién tiene la razón en este farragoso litigio.