El Baskonia se mantiene en lo más alto de la tabla después de una victoria agónica en la que Markus Howard volvió a desplegar su mejor baloncesto. El escolta norteamericano, intrascendente durante una primera mitad en la que apenas sumó tres puntos y tuvo malos porcentajes, se echó el equipo a sus espaldas tras el descanso para certificar un triunfo de un valor incalculable.

Y eso que el Baskonia estuvo a remolque del poderío interior canario durante gran parte de la contienda. Khalifa Diop e Inglis generaron un mar de dudas sobre las endebles defensas de Hommes y Enoch, muy lejos de la exigencia física que se demanda en un duelo de tal trascendencia. Al mismo tiempo, Albicy, Brussino y Slaughter no dejaron de sumar puntos en un Gran Canaria que mostró las credenciales de un auténtico campeón de Eurocup. 

Pero un factor que los pupilos de Lakovic no pudieron detener fue el de Markus Howard. Él fue el principal motivo por el que se llegó con vida al desenlace de la contienda. El innato talento y el consabido desparpajo del killer de Nueva Jersey dio alas a un conjunto de Zurbano que sufrió sobremanera ante el equilibrio canario. 

De hecho, Howard no se limitó a depender únicamente de su acierto desde la línea de 6,75 metros. El inclemente anotador introdujo más recursos a un indistinguible estilo que no ha dejado de sumar adeptos desde su aterrizaje en Vitoria. Entró a canasta sin complejos ante los centímetros de Diop y, además de la eficacia desde el triple, contagió al Buesa Arena de su atrevido carácter.

Con el 91-91 en el casillero, todos los focos apuntaban a Howard para que este culminase la remontada en el coliseo de Zurbano. El escolta, que no pudo anotar el último lanzamiento del tiempo regular al estar bien maniatado por una férrea doble defensa canaria, aguardó pacientemente su oportunidad en la prórroga para asestar el zarpazo más letal.

Apuesta por el físico

En el tiempo añadido, cuando apenas quedaban 35 segundos para finalizar una batalla encarnizada, Howard volvió a saltar al parqué para anotar la suspensión de la victoria. La prórroga, convertida en una partida de ajedrez entre los dos técnicos, concluyó con victoria para los baskonistas. Peñarroya apostó por el físico en las alas mediante la presencia de Rokas y Tadas, quienes agotaron el oxígeno competitivo del Gran Canaria. Con un apretado 98-97 y un Buesa con las uñas en carne viva, el de Nueva Jersey sacó a relucir su carácter voraz nada más pisar la cancha tras aprovechar un bloqueo de Kotsar. 

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Mediante ese último triple, Howard puso el broche de oro a una soberbia actuación. Es cierto que el Baskonia creció con el paso de los minutos, pero los de Peñarroya no acabaron de encontrar un antídoto para el poderío en el juego interior del Gran Canaria. La exigencia física y la energía que predominan en el play off no será inferior a la que los canarios mostraron ayer en Vitoria