El Baskonia tendrá que esperar para saber si ocupa la octava plaza entre los mejores de la temporada regular en esta Euroliga. En una noche en la que los pupilos de Peñarroya se vieron penalizados por su falta de puntería, tan solo Markus Howard sumó puntos para estar cerca de lograr la épica.

La característica mística que se respira en El Pireo invitaba a la escuadra baskonista a emular una lucha de David contra Goliat para poder certificar su pase a la ronda de play off. Sin embargo, el conjunto vitoriano sufrió en sus carnes una de las actuaciones más imprecisas del curso, en la que acumularon numerosos errores desde la línea de 6,75 metros y el tiro libre.

A remolque. El Baskonia no respondió al nivel que se le presuponía y la primera parte fue digna de olvidar. Tras el descanso los de Peñarroya tuvieron que remar contra viento y marea para poder recortar distancias en un marcador controlado desde el inicio por el conjunto griego. El Olympiacos se impuso con lógica a un Baskonia amordazado y preso de sus temores.

El conjunto vitoriano ni se acercó a su estilo de run &gun que tantas alegrías brindó a la escuadra baskonista durante la temporada. En un mar de dudas colectivo, tan solo Markus Howard estuvo realmente cerca de ofrecer una actuación digna de un equipo aspirante al play off. Sin los números del pistolero norteamericano la derrota en territorio griego pudo haber sido sonrojante.

Howard fue el único que mostró ese instinto asesino que resulta necesario para hacer frente a un rival de la magnitud del Olympiakos. El de Nueva Jersey, gélido y sin sentirse nervioso, lideró la tímida reacción baskonista. El cero baskonista sumó 29 puntos de gran mérito después de lanzamientos de tres y entradas a canasta en las que se jugó el tipo. Asumió el liderazgo del equipo en una jornada en la que estuvo prácticamente sólo ante el peligro.

El que no escatimó en esfuerzos y creció durante el transcurso del partido fue Thompson. Clarividente en la creación de juego tras repartir seis asistencias, la dupla americana resultó insuficiente para poder superar a un Olympiakos que, durante varias fases de la contienda, pareció ir a medio gas.

Sin pundonor

El Baskonia mostró su versión más tierna en un escenario de la máxima exigencia. El conjunto heleno se hizo con 44 rebotes, una cifra que demuestra la carencia de músculo azulgrana bajo los aros. Esta permisividad regaló segundas jugadas a un Olympiacos que no perdonó la fragilidad defensiva vitoriana.

Aun así, la derrota del Baskonia no se limitó únicamente a su timidez en el rebote. Los de Peñarroya desperdiciaron la oportunidad de recortar distancias en el marcador desde el tiro libre y en triples liberados que no vieron el aro. Giedraitis, que estaba llamado a liderar al equipo merced de su veteranía y su crecimiento durante el curso, se fue de vacío en el triple (0/5) pese a su énfasis en las penetraciones.