A Simone Fontecchio no le están yendo excesivamente bien las cosas en su primera temporada en la NBA con un protagonismo inferior a lo esperado en la rotación de los Jazz, franquicia que le reclutó el pasado verano cuando el plazo que tenía por contrato para dar el salto a la mejor liga del mundo previo pago de su cláusula al Baskonia estaba a punto de expirar.

Sin embargo, el alero italiano ha vivido esta pasada madrugada su día de gloria desde que compite en Estados Unidos, coronado con la canasta que permitió a Utah sumar una victoria con tintes épicos ante Golden State por 124-123.

Jordan Poole perdió un balón a falta de 4,3 segundos ante la presión de Alexander-Walker y, tras recibir una asistencia, el exbaskonista terminó machacando con máxima determinación el aro visitante para voltear el luminoso a falta de 1,4 segundos ante el delirio del EnergySolutions Arena.

Fontecchio, con más protagonismo esta vez debido a la baja de la estrella finesa Lauri Markannen por enfermedad, terminó con 18 puntos y una estadística notable -3/5 desde la personal, 3/4 en tiros de dos y 3/6 en triples- que le permite reivindicarse en una campaña donde no estaba teniendo el impacto esperado a las órdenes de un entrenador novato como Will Hardy.

No en vano, el de Pescara, que ha firmado un acuerdo por dos años con la franquicia de Salt Lake City a cambio de 6,2 millones de dólares, está promediando unos pobres 4,8 puntos y 1,4 rebotes en menos de 10 menos en los 16 partidos donde ha participado. Quizás a partir de ahora cambie su estatus dentro de un equipo que ahora mismo ostenta el sexto mejor balance de la Conferencia Oeste con 15 victorias y 12 derrotas.