La imbatibilidad del Baskonia en Euroliga llegó a su fin ante un superequipo contra el Olympiacos ante el que, eso sí, el conjunto gasteiztarra fue capaz de competir de poder a poder y remontar una desventaja de 18 puntos generada a raíz de una pésima puesta en escena en el primer cuarto. Al final, la experiencia y la calidad de Sloukas decantaron el choque, pero no terminan con las buenas sensaciones azulgranas.

El Olympiacos entró infinitamente mejor al partido que el Baskonia, consiguiendo anotar canastas fáciles y forzando a los tres minutos el primer tiempo muerto de Peñarroya con el 4-10 inicial. Unas veces por dentro buscando a Vezenkov y otras corriendo la cancha a toda velocidad con Walkup, Canaan y McKissic, el conjunto griego encontró situaciones para anotar con enorme facilidad ante la apatía defensiva del Baskonia. La pausa solicitada por el técnico local no tuvo ningún efecto y los de El Pireo siguieron distanciándose hasta una máxima de 18 puntos con el 8-26, completando así un demoledor parcial de 4-22. Con el quinteto titular al completo en el banquillo y Kurucs, Howard, Raieste, Sedekerskis y Costello sobre la cancha, los gasteiztarras despertaron y al menos consiguieron equilibrar la batalla gracias a la energía de los canteranos y la calidad individual de Howard, aunque el marcador al final del primer cuarto (16-32) aún era desalentador para los locales. 

Sin embargo, los jugadores baskonistas no dejaron de creer y, siguiendo el ejemplo de Raieste y Sedekerskis, entregadísimos en tareas defensivas, dieron al Olympiacos una cucharada de su propia medicina, consiguiendo canastas fáciles por medio de transiciones vertiginosas. Con Thompson y Kotsar de regreso, ya contagiados por el carácter y la entrega de sus compañeros, el cuadro azulgrana logró reducir la desventaja por debajo de los diez puntos con un triple del base norteamericano y a partir del 31-42, obra de un mate de Bolomboy, el encuentro se convirtió en un monólogo local. Los hombres de Bartzokas sufrieron un cortocircuito en ataque, forzado por las buenas defensas baskonistas, y el conjunto alavés, alentado por su afición, logró cerrar la primera parte con un mágico parcial de 16-0, desfilando así hacia vestuarios con un 47-42 a favor. 

Emoción hasta el final

La entidad del rival, en cualquier caso, invitaba a mantener la cautela y no bajar la concentración, y así lo hizo el Baskonia, manteniendo en la reanudación la misma intensidad del segundo cuarto. Los triples, que no habían entrado en la primera mitad, comenzaron a dar réditos a los azulgranas, que comenzaron a acercarse a sus grandes porcentajes de las anteriores jornadas. Giedraitis, Hommes y Sedekerskis castigaron desde el perímetro y comenzaron a desesperar a Bartzokas, a quien se le señaló una técnica por protestar, y también a McKissic, que realizó una antideportiva. Un triple de Thompson puso una ventaja de dobles dígitos para el Baskonia por primera vez en el partido con el 67-57, momento en el que, para desgracia local, cayó tocado Sedekerskis al notar un pinchazo en la pantorrilla. Vezenkov, una de las grandes estrellas de la Euroliga, impidió que el encuentro se rompiera del todo y mantuvo al Olympiacos con opciones al cierre del tercer cuarto (74-65).  

Llegaron los diez minutos decisivos y, por consiguiente, los minutos de Sloukas, que tras un partido discreto se echó al equipo visitante a la espalda y en apenas tres minutos, con diez puntos del base griego, el Olympiacos encadenó un parcial de 0-14 que le dio la vuelta completamente al encuentro. El Baskonia, mermado en defensa por la ausencia de Tadas, no encontraba referentes que le solucionaran sus problemas en ataque y apareció Marinkovic, que asumió galones con cinco puntos para el 79-81. Una jugada de canasta más adicional de Kotsar puso el 84-85, pero Sloukas siguió haciendo de las suyas con las acciones de bloqueo directo con Fall, también fundamental en ese último cuarto por los numerosos rebotes capturados. Larentzakis, otro guerrero, anotó el 84-89 a falta de minuto y medio que ponía ya las cosas muy difíciles para los locales. Volvieron Howard y Sedekerskis a cancha a intentar obrar el milagro, pero esta vez el pequeño estadounidense no pudo conseguirlo y, de hecho, se marchó con una lesión en la rodilla después de que Fall se le cayera encima en una jugada desafortunada.

No se rindió el Baskonia y siguió remando, pero el Olympiacos no cometió errores y tiró de experiencia en los minutos decisivos para llevarse el triunfo por 92-97.