La Euroliga 2022-23 se pone en marcha esta noche (20.30 horas) para el Cazoo Baskonia. Pese a que las dificultades para alcanzar el Top 8 serán un año más enormes, el club vitoriano mantiene intactas sus aspiraciones de seguir siendo una alternativa a los transatlánticos cada vez más poderosos que se dan cita en la competición. El billete para los cruces previos a la Final Four emerge casi como una quimera tras los movimientos de los participantes en el reciente mercado estival, pero todos los equipos parten de cero y nadie quiere darse por vencido de antemano.

La primera parada de la particular maratón que deberá recorrer el equipo vitoriano a lo largo de los próximos meses es la Fuente de San Luis de Valencia, un escenario de grato recuerdo donde hace unos meses quedó sellado el billete para la última semifinal liguera.

Desde que da inicio a las hostilidades, la Euroliga siempre se convierte en una carrera de fondo. Toca economizar esfuerzos porque la pájara puede acontecer en cualquier instante, pero tampoco es cuestión de ir desaprovechando oportunidades. Y la de hoy puede ser una salida propicia para el Baskonia.

No habrá ninguna perita en dulce en el tortuoso camino azulgrana y la exigencia resultará máxima para un grupo en el que un buen número de jugadores, entre ellos Thompson, Howard, Hommes y Kotsar, desconocen el glamur que implica disputar un torneo de estas características. Además de pelear contra molinos de viento, el Baskonia también lo hará contra su propia falta de experiencia en estas lides.

El morbo se encuentra servido con el regreso de Joan Peñarroya a suelo taronja. El técnico catalán pilota ahora la nave vitoriana tras un irregular ejercicio al frente del Valencia Basket, finiquitado en la eliminatoria liguera de cuartos de final con su actual equipo precisamente como verdugo. Posiblemente haya división de opiniones en el regreso del técnico catalán a orillas del Turia, donde su incorporación al Baskonia era prácticamente un secreto a voces desde el mes de febrero de este año.

Un anfitrión renovado

Regresando al ámbito estrictamente deportivo, el conjunto vitoriano busca rehacerse a todos los niveles tras el mal sabor que dejó la segunda parte del Palau Blaugrana. Decisiones arbitrales al margen, la escuadra vitoriana no pudo mantener el ritmo ni la entereza sobre la cancha cuando el Barcelona dio una vuelta de tuerca a su intensidad defensiva.

Esta noche aguarda con el cuchillo en la boca un Valencia muy renovado respecto a la temporada pasada, tanto en la cancha como en el banquillo. Álex Mumbrú capitanea una plantilla muy larga que ha experimentado una notable transformación y todavía no ha adquirido la velocidad de crucero. Así se vio en la angustiosa victoria taronja ante el Joventut, víctima de un arbitraje escandaloso que allanó el trabajo a los taronjas.

Con retoques en la mayoría de las posiciones, el Valencia se presenta en esta edición continental con hasta 15 jugadores. El adversario azulgrana dispone de mucha pólvora en ataque tras los fichajes de Chris Jones, Jared Harper y Jonah Radebaugh, este último arrebatado mediante el pago de su cláusula al Tenerife que lo había adquirido en primera instancia procedente del baloncesto alemán.

Por dentro, dos jugadores con experiencia ACB como James Webb III (Murcia) y Kyle Alexander (Fuenlabrada) serán el complemento al eterno Dubljevic, Rivero y Pradilla. Otros viejos conocidos como Van Rossom, Prepelic, López-Arostegui, Claver y Pradilla se mantienen dentro del roster levantino, que presenta la conocida baja de Hermannsson tras su grave lesión de rodilla en el último partido de la pasada temporada ante el Baskonia y también la del canterano Millán Jiménez. Mumbrú deberá hacer un descarte, aunque a diferencia de lo que ocurre en la ACB no tiene que elegir a dos de sus tres jugadores con plaza de extranjero (Harper, Rivero y Webb III)

La rivalidad entre ambos equipos viene de largo y esta noche vivirá un nuevo capítulo en una velada de signo incierto. Baskonia y Valencia comparten esta campaña la filosofía de un baloncesto rápido y dinámico con posesiones cortas, de ahí que los dígitos anotadores puedan dispararse en este bautismo continental repleto de alicientes.