Es el primer gran desafío de la temporada 2022-23. Tras tumbar de manera convincente al Unicaja en un Buesa Arena lleno hasta la bandera y en vísperas de abrir el fuego en la Euroliga en la Fuente de San Luis ante otro coco como el Valencia Basket, el Cazoo Baskonia busca autoconvencerse esta noche (20.00 horas) de que su proyecto es realmente sólido.

Su visita al Palau Blaugrana, donde aguarda un león herido como el Barcelona, permitirá deducir de lo que es capaz de ofrecer en los próximos meses un equipo que el viernes se comportó como una orquesta perfectamente afinada pese a tratarse de la jornada inaugural del campeonato.

A estas alturas de la película, ni es recomendable echar las campanas al vuelo tras un triunfo apoteósico ni tampoco descender al infierno en caso de alguna derrota. El curso está dando sus primeros coletazos y el objetivo radica en ir adquiriendo los automatismos que tanto se echaron de menos el pasado ejercicio bajo la batuta de Dusko Ivanovic y Neven Spahija. Sin embargo, se percibe una lógica ilusión en el entorno azulgrana ante lo que puede dar de sí este joven, entusiasta y hambriento grupo a las órdenes de Joan Peñarroya.

Hacía tiempo que el Buesa Arena no vibraba tanto como lo hizo hace 48 horas ante el incansable despliegue de un equipo generoso en el esfuerzo, comprometido para rehacerse tras una mala puesta en escena, dinámico a la hora de jugar en el ataque posicional y, sobre todo, supersónico en transición. A todo ello hay que añadir los espectaculares destellos de clase protagonizados por dos jugadores como Thompson y Howard, cuya tarjeta de presentación fue excelente. Casi todo fueron buenas noticias en la cancha de Zurbano a excepción del discreto rendimiento de Enoch.

El listón de la exigencia se elevará en esta ocasión varios centímetros en la Ciudad Condal. No en vano, espera un Barcelona en horas bajas en este dubitativo arranque de temporada pero también con el cuchillo en la boca. El ogro catalán viene de encajar dos derrotas consecutivas y querrá que el Baskonia pague los platos rotos.

El rival baskonista puede experimentar cambios con la entrada de alguno de los dos jugadores (Cory Higgins y Mike Tobey) que no figuraron en la convocatoria ante el Gran Canaria, aunque eso es algo que no se sabrá hasta hoy mismo. En cualquier caso, el planteamiento de partido del Baskonia no debería variar con independencia de los rostros del roster local.

Howard, listo

Lo cierto es que, pese al mal momento blaugrana, las reservas están justificadas. El Barça no es un cualquiera, mucho más cuando se halla necesitado. Si bien las aguas bajan algo revueltas en la Ciudad Condal en este arranque de ejercicio y parece un momento propicio para sacar tajada y darse un baño de autoestima antes del pistoletazo de salida en la Euroliga, mal haría el Baskonia en no exhibir un elevado grado de concentración.

Pese a que se resintió de sus problemas musculares tras un resbalón con un vinilo publicitario del parqué del Buesa Arena, Howard estará listo para la pelea. El concurso de un jugador de sus características, una máquina de anotar y desestabilizar encuentros a golpe de talento, resultará vital a la hora de castigar la defensa del Barcelona, su punto más débil en estos albores de campaña.

La puntería será otra de las claves para decantar la balanza. El Baskonia ha demostrado en los dos últimos compromisos que el lanzamiento exterior se perfila como una de sus armas más mortíferas, con 16 triples anotados en ambos duelos. En las filas catalanas, Jasikevicius también cuenta con especialistas de lujo como Kuric o Laprovittola. El argentino con pasado en Vitoria se ha convertido ya en uno de los jefes del Barça. Soba tanto el balón que otras piezas de relumbrón aparecen eclipsadas en ciertos momentos.