Tras 115 días de espera desde que el Baskonia cayó eliminado contra el Real Madrid en la semifinal de la ACB, la Liga Endesa regresa al Buesa Arena por todo lo alto con el duelo que tendrá lugar esta tarde a partir de las 19.00 horas contra el Unicaja. El Buesa Arena, que estará cerca del lleno debido a los numerosos espectáculos que ha preparado el club para el que ha denominado como Opening Game, presentará sus mejores galas para presenciar el inicio de la era Joan Peñarroya, con la que se pretende devolver la ilusión a la parroquia baskonista después de una campaña 2021-22 que no estuvo a la altura de las expectativas.

El cuadro gasteiztarra, que se ha impuesto en cuatro de sus cinco amistosos de pretemporada, se enfrentará por primera vez a una prueba de fuego real contra un aspirante a entrar en el play off esta temporada como es el Unicaja. Dirigido por un viejo conocido del Baskonia como Ibon Navarro, el conjunto andaluz ha renovado profundamente su plantilla en verano y está preparado para recuperar su esplendor pasado y olvidar la reciente etapa gris del equipo, que no ha obtenido los resultados deseados últimamente.

Concretamente, el club cajista ha incorporado nada menos que nueve jugadores, la mayoría de ellos con una amplia experiencia en la ACB y en competiciones europeas. Entre los fichajes más destacables figuran los experimentados interiores Augusto Lima, David Kravish o Will Thomas, que junto a Osetkowski dotarán al equipo de ese tono físico y mayor poso que quizá echó en falta la pasada campaña, en la que contaba con una plantilla mucho más liviana.

El dinámico Tyson Carter, que llega procedente del Zenit, y el trotamundos Kendrick Perry, que militó el curso pasado en las filas del Panathinaikos, serán los encargados de dirigir las operaciones de una plantilla en la que también destaca la incorporación de Nihad Djedovic, procedente del Bayern. Este más que interesante abanico de jugadores rodeará a dos de los héroes del reciente Eurobasket conseguido por España como son Alberto Díaz y Darío Brizuela, que apenas han tenido tiempo para entrenar con el grupo, pero que llegan con los ánimos por las nubes tras lograr el oro.

El conjunto gasteiztarra, cuyo techo esta temporada es complicado fijar debido a la juventud de la plantilla y a la falta de experiencia de algunos de sus jugadores en Europa, contará con todas sus armas a disposición para intentar comenzar el curso con un triunfo frente a su público.