Un Baskonia de dos caras. Sólido y letal a domicilio e irregular y presa fácil bajo el amparo de su público. Un comportamiento de lo más extraño. Y es que el cuadro azulgrana es de lo más fiable lejos de casa, pero muestra incomprensibles grietas cuando actúa de local de un tiempo a esta parte. No hay quien lo entienda.

El propio Neven Spahija así lo hizo saber tras la victoria del pasado lunes ante el Valencia Basket cuando fue cuestionado por el curioso hecho de que taronjas y gasteiztarras habían salido victoriosos este curso en los partidos de fuera. "Esta experiencia no la había tenido nunca", manifestó el preparador croata. Queda claro que cuanto menos, extraño es.

Sobre todo en lo que al Baskonia hace referencia. Y es que en estos dos últimos meses el comportamiento del cuadro azulgrana ha sido de lo más bipolar. Buena prueba de ello es que la escuadra gasteiztarra no pierde a domicilio desde el pasado 13 de marzo cuando salió escaldada de la visita al Obradoiro en Santiago por 81-76. Un traspiés de lo más inesperado, habida cuenta de que el conjunto azulgrana llegaba de profanar el Wizink Center la semana anterior al aprovecharse de la crisis por la que atravesaba el Real Madrid en esos momentos y ganar en el feudo blanco por 72-80.

Pues bien, desde ese tropiezo ante el cuadro gallego, el Baskonia ha ganado todos sus compromisos como foráneo. Infalible lejos de sus dominios. El Baskonia encadena en estas últimas seis semanas cinco victorias consecutivas lejos del calor de su afición.

El cuadro gasteiztarra arrancó esta más que notable serie con un solvente triunfo en Burgos (62-78), después llegó la apurada victoria en Málaga ante Unicaja (72-73) y antes del cierre de la fase regular se produjo el primer golpe serio sobre la mesa al derrotar al Lenovo Tenerife en su campo por 78-91 y arrebatarle el average. Las dos últimas victorias como visitante se han producido ya en el play off de cuartos de final ante el Valencia Basket, la primera por un ajustado 79-80 y la última, la que le dio el pase a las semifinales, tras doblegar a los de Joan Peñarroya por 59-76.

Sin embargo, su fiabilidad como forastero contrasta con la irregularidad como anfitrión. Los números así lo confirman. Y es que en este mismo periodo su balance como local es de lo más discreto. En estas seis semanas, el Baskonia ha ganado cuatro de sus ocho partidos y ha perdido los cuatro restantes.

Una de cal y una de arena. Así ha sido prácticamente la serie de partidos en casa desde el 13 de marzo. Una semana después, sufrieron para doblegar al Breogán (89-84), en la jornada siguiente desaprovecharon la oportunidad de sentenciar su puesto en zona de play off tras caer ante el Gran Canaria (70-86) y a continuación ganarían al Murcia (93-83) para afianzar de nuevo sus opciones de ser cabeza de serie, posibilidades que se vinieron abajo a los pocos días tras caer en la fase regular contra el Valencia en el Buesa por 71-78. Lo dicho, una de cal y una de arena.

Los últimos cuatro partidos así lo confirman. Y es que tras ganar a un debilitado Manresa (107-85) y a un Zaragoza que luchaba por eludir el descenso (91-59), volverían a aparecer las derrotas en el Buesa ante el momento más inoportuno. La sufrida ante el Joventut (81-89) privó a los de Spahija de tener el factor cancha en esta primera eliminatoria y la encajada ante el Valencia (82-89) en el segundo partido de la serie de cuartos le obligó a jugársela el todo por el todo en la Fonteta.

Tocaba ganar fuera, algo que visto lo visto este año no parece un problema. Y es que en este curso, el Baskonia ya ha ganado tres veces a todo un rival de la talla del Valencia en su fortín y también ha asaltado los feudos de dos ogros como el Real Madrid, como ya ha quedado dicho anteriormente, y del todopoderoso Barcelona, al que doblegó en la ACB el pasado 5 de diciembre por 78-91. No es mala señal. Y es que si el Baskonia sigue ganando todos los partidos de fuera como ha hecho en este último mes y medio, será campeón.