Omar Cook se ha ganado con su trayectoria ser considerado ya todo un clásico de la ACB. El base norteamericano, a sus 40 años, ha militado en siete clubes diferentes del baloncesto estatal, entre ellos el Baskonia, donde jugó la segunda mitad de la temporada 2012-13 tras incorporarse en el mercado de invierno.
Con más de 20 años como profesional a sus espaldas y 315 partidos oficiales en la ACB, Cook continúa esta temporada repartiendo asistencias en el Casademont Zaragoza, con el objetivo de mantener al conjunto maño en la máxima categoría. Antes de regresar mañana al Buesa Arena, una de sus incontables casas, el neoyorquino repasa con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA su paso por Vitoria y lo que está dando de sí su enésima aventura en el baloncesto europeo.
¿Qué tal le están saliendo las cosas en el Casademont Zaragoza?
-Bueno, ha sido una temporada difícil para mí en lo personal, ya que, después de todo el éxito que tuvimos el pasado año en el San Pablo Burgos, esta vez me ha tocado sufrir una lesión de rodilla antes de empezar la temporada y estar los primeros meses recuperándome, sin poder jugar. Por suerte, parece que ahora, después de todos los cambios de las últimas semanas, estamos compitiendo bien y ganando partidos.
¿Con cada año que pasa se le hace más difícil jugar al máximo nivel?
-Sí que es verdad que este curso me está costando más, pero también es cierto que he vivido una situación que es nueva para mí, ya que nunca antes en mi carrera había sufrido una lesión larga como esa. Además, creo que mi regreso fue algo precipitado, ya que a la semana de haber recibido el alta ya estaba compitiendo. No volví al 100% y me costó recuperar el ritmo. Ahora esa lesión ya está superada, pero he tenido molestias en otras zonas. Es el primer año en el que el físico me da problemas.
¿Cuál es el secreto para seguir compitiendo a los 40 años?
-Obviando la lesión de rodilla, he estado sano en la mayor parte de la temporada. Trabajo duro, incluso fuera de las horas de entrenamiento, y cuido mucho de mi dieta y de mi cuerpo. También es importante el aspecto mental. Para mí, sentir que puedo seguir jugando con esta edad y tras 21 años como profesional en la mejor liga de Europa, que es la ACB, supone todo un logro y un reto que me mantiene motivado.
¿Le está tocando ejercer la labor de padre en el vestuario?
-Sí, pero no solo esta temporada, ese ha sido mi rol en las últimas cuatro o cinco temporadas. Se lo puede preguntar a jugadores como Darío Brizuela o Ludde Hakanson, con los que pasé mucho tiempo en el Estudiantes. Espero haber sido un buen modelo para aquellos que se han apoyado en mí en estos años y haberles sido de ayuda.
¿Se ve jugando la temporada que viene?
-No estoy seguro, aún no he tomado una decisión al respecto. Creo que esperaré al final de la temporada, valoraré cómo evolucionan las lesiones y decidiré entonces.
¿Le gustaría ser entrenador cuando se retire?
-Sí, es una de las ideas que tengo para cuando esto termine. Me encantaría entrenar, o tal vez formar parte de la dirección deportiva, como Juan Carlos Navarro. Lo que tengo claro es que me gustaría seguir ligado al mundo del baloncesto.
El equipo viene de encadenar tres victorias contra el Obradoiro, el Barça y el Breogán y de competir hasta el último minuto contra el Bilbao Basket. ¿Qué es lo que ha cambiado en Zaragoza?
-Han llegado algunos jugadores nuevos que nos han ayudado, pero sobre todo hemos encontrado fórmulas para ganar partidos. Anteriormente nos veníamos abajo muy fácil. Cada vez que pasábamos por un momento complicado en el encuentro no éramos capaces de recuperarnos y terminábamos perdiendo por grandes diferencias, no teníamos ningún final apretado. Ahora no dejamos de competir en ningún momento, por muy mal que nos estén saliendo las cosas.
¿Cuánto ha tenido que ver el nuevo entrenador, Dragan Sakota, en la recuperación del equipo?
-Su papel ha sido importante, desde luego. En un técnico muy experimentado, que ha entrenado muchos años en la Euroliga, y eso es una garantía. Ha cambiado algunas cosas en el estilo de juego y ahora creo que tenemos más alternativas en ataque y en defensa que antes. Sin embargo, lo que más destacaría es que ha venido con una mentalidad diferente, ideas frescas, y eso ha ayudado a que también cambie la mentalidad del equipo.
Mañana regresa al Buesa Arena, donde jugó en la temporada 2012-13. ¿Es una visita especial o deja de serlo tras jugar en tantos equipos?
-Astas alturas de mi carrera y con todo el tiempo que llevo en la ACB no cambia mucho para mí el jugar en un pabellón u otro. Me motiva más el hecho de enfrentarme a un equipo con tanto talento como el Baskonia, que está haciendo un muy buen baloncesto en los últimos partidos y está peleando por entrar en el play off. Siempre gusta jugar contra los mejores.
¿Qué recuerda de su paso por el Baskonia?
-Recuerdo que teníamos un gran equipo. Si te fijas en la plantilla de aquel año hay grandes nombres como Nocioni, Heurtel, Causeur, San Emeterio, Bjelica... Talento había de sobra, pero creo que nos hizo mucho daño la marcha de Oleson al Barcelona en mitad de la temporada. Era nuestro principal anotador y sin él tuvimos que cambiar nuestra forma de jugar y los roles de cada uno. Dejando de lado la eliminación en primera ronda del play off contra el Gran Canaria, pienso que hicimos una gran campaña y para mí fue una fantástica experiencia compartir vestuario con jugadores de ese nivel.
¿Disfrutó de su estancia en Vitoria-Gasteiz?
-La verdad es que no me dio tiempo a conocer la ciudad como me habría gustado, fue muy corto mi paso por allí. La primera mitad de la temporada la jugué en Milán y luego fue difícil adaptarse. A lo largo de mi carrera he cambiado mucho de equipo y te terminas acostumbrando, pero hacerlo con la campaña empezada es especialmente complicado. Te amoldas a trabajar, vivir y jugar de una manera concreta y tienes que cambiarlo todo de golpe.
El próximo martes tienen un partido clave para la salvación contra el Andorra. ¿Puede eso condicionar la visita al Buesa?
-Para nada, tenemos una oportunidad de conseguir una victoria mañana y eso es todo lo que importa en este momento. Estamos concentrados en ganar en Vitoria, no nos podemos permitir pensar en lo que viene. Cada partido cuenta.
"A estas alturas me motiva más el jugar contra un equipo fuerte como el Baskonia que el hecho de volver al Buesa"
"Ahora estamos compitiendo los partidos hasta el final, antes nos veníamos abajo en cuanto las cosas iban mal"
"Todavía no he tomado una decisión sobre mi retirada, lo meditaré a final de curso; me gustaría ser entrenador"