El Real Madrid visitará este jueves el Buesa Arena envuelto un gran estado de confianza. Ese es un problema añadido para un Baskonia cuyo margen de error en la Euroliga empieza a ser cada vez menor y que no puede seguir acumulando derrotas en su casillero si no quiere perder contacto con los cotizados puestos que conducen hacia el Top 8.

El cuadro blanco, que recientemente ya pasó como una apisonadora por la cancha de Zurbano en una de las numerosas demostraciones de impotencia con Dusko Ivanovic en el banquillo, está pendiente del estado físico de uno de sus aleros que siempre aporta cemento a la cuerda exterior. Se trata de Jeff Taylor, que se ha perdido los últimos encuentros del cuadro blanco debido a unas molestias en los isquios de su pierna derecha.

El sueco es uno de los valladares defensivos de Pablo Laso, que a menudo le utiliza como secante de los bases rivales con el fin de elevar la temperatura física del Real Madrid e incomodar su subida de balón. En caso de no jugar en Vitoria, sería una baja importante para el cuadro merengue, aunque no cabe duda de que el técnico vitoriano tiene una plantilla tan larga y repleta de recursos que puede subsanar cualquier ausencia.

Por ejemplo, ni Trey Thompkins ni Anthony Randolph -ambos con lesiones de larga duración- han debutado esta temporada y casi toda la responsabilidad en el puesto de cuatro recae sobre el voluminoso francés Guerschon Yabusele.

Laso también recibió otra buena noticia en la plácida victoria del domingo ante el Real Betis con la vuelta de Nigel Williams-Goss. El base estadounidense llegará algo más rodado al enfrentamiento ante el Baskonia tras haber dejado atrás una lesión en el dedo de su mano izquierda y será el complemento de Thomas Heurtel en el timón madridista.

Las numerosas bajas por lesión de Laso, que tampoco puede contar desde hace semanas con Carlos Alocén, han motivado la convocatoria de jóvenes promesas como Tristan Vukcevic, Juan Núñez o Eli Ndiaye.