Tras la victoria redentora cosechada ante el Estrella Roja, el segundo examen de Neven Spahija al frente del banquillo del Baskonia es mucho más exigente. El conjunto vitoriano quiere confirmar esta noche (20.30 hora) ante uno de los gigantes continentales como el CSKA, eso sí muy venido a menos esta temporada -tal y como indica actualmente la clasificación de la Euroliga- que su clara mejoría atisbada el martes en el idílico estreno del entrenador croata en el banquillo no ha sido algo fruto de la casualidad.

La escuadra rusa se encuentra fuera de los puestos de Top 8 cuando está cerca de cumplirse ya la tercera parte de la maratoniana fase regular de la Euroliga. Eso resulta algo chocante teniendo en cuenta el enorme presupuesto que maneja -siempre próximo a los 40 millones por temporada- y la rutilante colección de baloncestistas en manos de Dimitris Itoudis, a las que el pasado verano se han sumado Marius Grigonis y Alexey Shved. Esta es, sin embargo, la prueba irrefutable de la extrema dureza de una competición donde apenas hay cenicientas y cada victoria debe ser peleada hasta las últimas consecuencias.

El CSKA, que viene de ser engullido el miércoles por la irrespirable atmófera ambiental del Palau en el último cuarto, no vive su momento más boyante de los últimos tiempos. Ello lo refrenda el hecho de que tan solo haya ganado uno de sus últimos cinco partidos continentales. Encima tan solo fue capaz de deshacersre por la mínima del Maccabi en Moscú en un partido donde Derrick Williams dispuso de un balón ganador sobre la bocina. En la VTB también ha sufrido algún batacazo inesperado. Es decir, el coloso moscovita no infunde el pavor de antaño en una temporada donde ha sufrido severos problemas con las lesiones en el juego interior.

Primero cayó Nikola Milutinov con un problema de rodilla y después Tornike Shengelia con un percance en el hombro. Ambos postes ya se encuentran a disposición de Itoudis, aunque el balcánico está fuera de ritmo. El parche del técnico griego para solucionar las grietas bajo los aros ha sido el exNBA Kenneth Faried, un portento físico muy limitado en cuanto a talento en ataque que no ha marcado ningún tipo de diferencias a este lado del charco desde su desembarco en la capital rusa.

Shved no puede asumir por razones obvias tantos tiros como en un Khimki hecho a su medida y casi toda la munición rusa procede de otro fuera de serie como Clyburn. El alero estadounidense con alma de base es el cuarto máximo anotador de la Euroliga tras Elie Okobo, Daryl Macon Jr. y Nikola Mirotic.

En principio, quien volverá a la rotación azulgrana es un Costello que ante el Estrella Roja fue reservado por unas molestias en la rodilla. Está por ver la utilización que hará Spahija del ex del Gran Canaria, uno de los muchos jugadores que bajo la batuta de Ivanovic ofreció un rendimiento decepcionante. Donde no llegue el equipo, deberá hacerlo un Buesa Arena testigo hoy de uno de los grandes clásicos de la Euroliga.

El plantel vitoriano quiere aprovechar las serias dudas de un gigante ruso en el que Shengelia y Milutinov están recién salidos de lesión