Suele decirse que a la tercera va la vencida y hasta el tercer intento tuvo que esperar el Baskonia para hacerse con su primer -y hasta el momento único- título continental. Fue exactamente el 12 de marzo de 1996, justo hace hoy 25 años, cuando el entonces Taugrés consiguió en un abarrotado Pabellón Araba la proeza de derrotar al Paok griego y conquistar la Copa de Europa. Dos años antes había caído en Lausana ante el Smelt Olimpja esloveno (91-81) cosido a triples por los desconocidos Horvat y Hauptman. La revancha no pudo llegar doce meses más tarde en Estambul. El poderoso Benetton italiano de Petar Naumoski, Orlando Woolridge, Ricardo Pittis y compañía (con Mike D'Antoni en el banquillo) volvió a dejar a los de Manel Comas con la miel en los labios (94-86).

Sin embargo, la merecida recompensa llegó por fin hace un cuarto de siglo para convertirse en el empujón definitivo para que la entidad de Zurbano se instalara definitivamente en la élite continental del deporte de la canasta.

Y eso que el camino hacia este título soñado no fue ni mucho menos sencillo. Un año antes el Baskonia había llevado a sus vitrinas su primera Copa del Rey pero tras ese éxito Pablo Laso puso rumbo al Real Madrid y el curso arrancó convulso por el affaire con David Sala. El paso del tiempo no allanó ni mucho menos el recorrido y las lesiones de hombres clave en los esquemas de Manel Comas pusieron al equipo al borde del precipicio en más de una ocasión.

Sin embargo, fue capaz de responder a los desafíos y tras eliminar por la vía rápida al Dinamo de Moscú en las semifinales se plantó en la gran final por tercer curso consecutivo para medirse al Paok que entrenaba Dimitris Itoudis. Tuvo que sudar de lo lindo pero a los hombres de un inconmensurable Ramón Rivas (31 puntos y 14 rebotes) alzó una Copa de Europa que cambió la historia azulgrana.