Un contundente arreón final le bastó al Baskonia para salir indemne de su laboriosa visita al Fontes do Sar. Tuvo que verse contras las cuerdas la tropa alavesa dentro del último cuarto para sobreponerse a una situación de máxima adversidad, ofrecer lo mejor de sí mismo en tierras gallegas y finalizar con una sonrisa una semana agotadora.

Tras una larga siesta durante más de treinta minutos, el equipo de Ivanovic reaccionó a tiempo para imponer la lógica. Del inquietante 72-66 establecido por Ozmizrak con el enésimo misil del Obradoiro desde larga distancia se pasó al definitivo 78-87 que certificó una nueva victoria en el frente doméstico. Un inapelable parcial de 6-21 disipó las dudas gracias a una atinada decisión de Ivanovic que cambió por completo el ritmo del choque.

El técnico montenegrino juntó a sus dos bases en la pista gallega y el cansancio del Obradoiro hizo el resto. Antes de que Henry, errático hasta ese instante, se reivindicara un día más como un seguro de vida cuando las cosas se ponen feas, Vildoza -sin rastro de molestias en su rodilla derecha- consiguió acribillar el aro local con canastas de todos los colores que sirvieron para retener un día más la tercera posición liguera.

Desaparecieron entonces de un plumazo los miedos de un Baskonia que metió una marcha más y se despojó las legañas en el momento preciso para contener el intento de rebelión protagonizado por el Obradoiro, quien a la hora de la verdad se arrugó ante la fiereza y el oficio de un grande de Europa. Al margen de la impagable contribución de los dos bases, Ivanovic también acertó de pleno dando galones en la zona a un Fall igualmente decisivo con su intimidación. Por todo lo que abarca en la zona y su gigantesco tamaño, la torre senegalesa siempre debería ser la primera opción entre la batería de 'cincos' en un final a cara o cruz.

Un partido trabado e incómodo a más no poder desembocó en un monólogo final del TD Systems, al que los triples y rebotes ofensivos del Obradoiro condujeron a una situación límite. Sin embargo, el cuadro vitoriano terminó haciendo los deberes con una suficiencia pasmosa. En un segundo plano quedaron, a la postre, los múltiples errores a lo largo de una jornada en la que la confianza de un modesto de la ACB se vio alimentada hasta límites insospechados.

Era el tercer encuentro de la semana y a un Baskonia con los soldados justos para simultanear dos competiciones le costó domar al necesitado Obradoiro, que esta campaña se mueve en arenas movedizas. Por fortuna, el golpe recibido por Vildoza en la rótula en el Palau no le apartó de la circulación en el Fontes do Sar e Ivanovic no tuvo que lamentar ninguna baja ni recurrir al intrascendente Kurucs a la hora de oxigenar a Henry en el timón. El argentino no solo hizo el esfuerzo para vestirse de corto sino que mantuvo vivas las constantes vitales azulgranas con una notable cadencia anotadora.

El partido discurrió por unos cauces de extrema igualdad hasta prácticamente el epílogo. Al Baskonia le abandonó por momentos el rigor y sus desatenciones defensivas fueron castigadas por un Obradoiro de talento limitado. Birutis, afectado semanas atrás por el virus, confirmó su bajo momento físico y careció de ascendencia entre los hombres altos del cuadro gallego, cuyo técnico Moncho Fernández apostó por pívots más móviles. Pese a la orfandad del gigante lituano, Daum, Cohen y Suárez sí hicieron daño en una 'pintura' alavesa huérfana de la contundencia habitual.

Varios referentes de Ivanovic, léase Giedraitis, Peters y Polonara, estuvieron muy lejos de su versión habitual. Vildoza fue el encargado de sostener el inestable edificio alavés y prácticamente el único que dio respuestas en ataque. Para colmo de males, el Baskonia también se vio penalizado atrás por ayudas largas que favorecieron los tiros abiertos de Álvaro Muñoz, un alero sin un gran bagaje a sus espaldas pero elevado esta vez a la categoría de internacional con su pegada exterior.

La intensidad de los vitorianos brilló por su ausencia en varios tramos y prueba de ello fue el desigual número de faltas de ambos equipos. Mientras el Obradoiro entró rápidamente en el bonus en casi todos los cuartos, el TD Systems apenas gastó faltas para tratar de endurecer el encuentro. A la hora de la verdad, los hombres de Ivanovic sí bajaron al barro con acierto.