El Barça ha protagonizado uno de los fichajes más sonados de la temporada al hacer realidad el sueño de muchos seguidores culés y aficionados al baloncesto en general: Volver a ver a Pau Gasol en el baloncesto europeo. El pívot catalán anunció el mes pasado su regreso al Barcelona tras casi 20 años de éxitos en la liga de baloncesto más importante del mundo. Al cruzar el charco, Gasol abrió una vía que después seguirían muchos otros jugadores españoles como su hermano Marc, Navarro, Sergio Rodríguez, Ricky Rubio, Calderón, Rudy Fernández, los hermanos Hernangómez o los nuevos compañeros de Pau, Mirotic y Abrines. Sin embargo, ninguno ha alcanzado las cotas de excelencia del seis veces All-Star y dos veces campeón de la NBA.

Su fichaje, como no podía ser de otra forma, ha generado muchísima expectación y aquellos que han vibrado con sus exhibiciones en los Memphis Grizzlies, en Los Angeles Lakers y en la selección española esperan con ansia su regreso a la cancha tras dos años sin jugar debido a una rotura del escafoide tarsiano en su pie derecho, de la que se tuvo que operar en mayo de 2019. Sin embargo, habrá que esperar todavía un poco más, ya que de momento no ha tenido la oportunidad ni siquiera de entrenar con sus compañeros. De todas formas, en la 37ª jornada de liga habrá otra oportunidad de verle contra el Baskonia. El pívot de 2,16 metros aterrizó en Barcelona el pasado miércoles, tras un vuelo junto a su mujer y su hija que llevó en secreto y que se atrasó más de lo esperado, ya que le costó encontrar un viaje privado a Barcelona desde Los Ángeles.

Si todo se desarrolla según lo previsto, hoy superará las pruebas médicas y no será presentado hasta la semana que viene, una vez se conozca al ganador de las elecciones a la presidencia que tendrán lugar el domingo. El afortunado, ya sea Laporta, Font o Freixa, tendrá el honor de que su primera acción como máximo dirigente sea dar la bienvenida al mejor baloncestista español de todos los tiempos. Si gana Laporta, lo más posible es que sea Juan Carlos Navarro el encargado de presentar a su gran amigo, ya que el candidato prometió darle más galones dentro de la estructura de baloncesto del club.

La gran duda en estos momentos es qué es lo que podrá aportar Gasol a una de las plantillas más potentes del continente. Su rendimiento en sus últimas temporadas en la NBA fue decayendo, en parte debido a su edad y condición física y en parte a causa de la evolución del estilo de juego de la liga, cada vez más dirigido al empleo de quintetos pequeños y a lanzar desde la línea de tres puntos. Durante su etapa en los Spurs de San Antonio, a pesar de que incorporó el triple a su juego, le costaba mucho correr la pista a la velocidad de otros pívots o cuatros reconvertidos acuatros cincos , algo que será menos problemático en Europa, donde Tavares, Fall, Lauvergne, Papagiannis, Vesely o Pleiss todavía tienen su espacio.

Sin embargo, aunque intentó mantenerse cerca de las pistas con su fichaje por Portland, donde ejerció un tiempo como mentor del vestuario, dos años sin competir es mucho tiempo y le costará coger ritmo. Los vídeos de sus entrenamientos individuales en Estados Unidos durante los últimos meses, en cualquier caso, llaman al optimismo. Si logra estar físicamente a la mitad del nivel de sus compañeros, su infinita calidad, su mentalidad ganadora y su experiencia harán el resto.