Escasa brillantez pero, al menos, el imprescindible oficio para evitar un coscorrón que no venía a cuento en la guarida de un modesto. El TD Systems Baskonia supo bajar al barro para terminar domando a un guerrillero Real Betis, aunque no dejó las mejores sensaciones en vísperas de otra semana extenuante. Ni el cuadro vitoriano paseó la suficiencia esperada ni el anfitrión sevillano fue una perita en dulce, de ahí que la velada no se resolviera hasta prácticamente los segundos finales.

Tan solo dos tiros libres de Peters -también decisivo a renglon seguido con un tapón- brindaron al Baskonia la tranquilidad necesaria en San Pablo. Hubo luces y sombras a partes iguales, aunque lo positivo es que el éxito permite a los alaveses seguir la estela del Tenerife y Barcelona como perseguidores del Real Madrid. Sin embargo, los de Ivanovic deberán elevar de forma ostensible su nivel si quieren rascar algo positivo en sus difíciles salidas a la vuelta de la esquina en Kaunas y Munich.

Reapareció Vildoza como nota positiva, si bien el timonel argentino dejó una preocupante estampa en sus nueve minutos del segundo cuarto. Ni siquiera miró el aro rival, se le vio renqueante de su lumbalgia en la espalda e incluso se llevó la mano a la zona dolorida en más de una ocasión cuando tuvo que efectuar algún escorzo.

Por fortuna, Ivanovic tiene hoy en día en Henry a un seguro de vida. Tuvo que ponerse serio en el tramo de la verdad el base de Virginia Occidental para que Baskonia esquivara una decepción mayúscula. Si el equipo vitoriano impuso la lógica en la pista del antepenúltimo clasificado fue, en parte, gracias al virtuosismo y los cambios de dirección de su jugador franquicia en estos momentos.

La exhibición de Henry en el último cuarto constituyó un jarro de agua para un digno y correoso Betis que planteó una durísima oposición aun a sabiendas de sus limitaciones. Preocupante, eso sí, su enésima paliza a nivel físico pese a que los cambios de balonmano de Ivanovic en el epílogo le permitieron descansar en labores de contención y coger algo de oxígeno. En su lugar fue Sedekerskis quien subió el balón, ya que el experimento de Kurucs como base ya pasó a mejor vida.

El partido también debía servir para alimentar la confianza de los secundarios del técnico montenegrino, pero dicho objetivo se quedó en agua de borrajas. Raieste y Kurucs desperdiciaron la ocasión para reivindicarse, mientras que Diop regresó al anonimato más absoluto. Cuantos menos jugadores se suban al tren ahora, más tormentosa será una temporada en la que se precisa de un amplio fondo de armario para llegar entero y descansado a la recta final de la temporada.

El Real Betis y Joan Plaza tenían reservado un campo de minas con el fin de que una velada de apariencia asequible fuera más incómoda de lo esperado. El control del rebote defensivo y las pérdidas de balón se convirtieron en una pesada losa para el Baskonia en los albores del duelo. Ivanovic agitó el árbol más de lo que suele ser costumbre en él. En el primer cuarto ya había recurrido a todas las piezas de su plantel, salvo Vildoza y Diop.

El base argentino reapareció ayer por fin tras cuatro partidos en el dique seco en los que su sombra ha sido alargada, pero su ingreso tampoco alivió los problemas en el ataque posicional ni posibilitó un despegue en el marcador. Pese al peaje de las faltas, Plaza consiguió dificultar la ofensiva azulgrana con una defensa extremadamente física.

Ivanovic alargó el equipo más que en jornadas precedentes, pero el Baskonia fue un grupo inestable, plano y con escasa chispa que malvivió para anotar canastas. El desaguisado alcanzó su punto más álgido en los minutos previos al intermedio con un desfavorable parcial de 14-3 que le hizo creer definitivamente al animoso Real Betis (35-29).

Tras el descanso, Polonara volvió a alzar la voz para evitar que las ventajas sevillanas originaran un serio quebradero de cabeza. En los momentos de mayor oscuridad, reapareció la mejor versión de Henry, cuya capacidad de desequilibrio en el uno contra uno rompió la monotonía de un partido áspero. Un providencial robo de Giedraitis y la intimidación atrás de Jekiri, autor de varios tapones decisivos, enterraron las últimas esperanzas béticas. Con todo, el sufrimiento resultó excesivo.

Henry

Nueva exhibición en el cuarto final del jugador franquicia del Baskonia en la actualidad. Pese a la enésima minutada, sepultó las esperanzas béticas con un espectacular concierto ofensivo.

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pérdidas de balón

El Baskonia vivió un suplicio en el ataque posicional y careció de clarividencia ante la defensa de Plaza.

Providencial Henry Peters paseó su fina muñeca en algunos tramos y Jekiri fue importante atrás con varios tapones decisivos, pero quien nuevamente sacó las castañas del fuego fue el base estadounidense. Casi todos sus puntos llegaron en el tramo final y el Baskonia se quitó un peso de encima para sofocar la rebelión del Real Betis.

Máxima incomodidad Al equipo vitoriano le costó imponer la lógica en la cancha de un humilde en el que ya se nota la mano de un técnico amante de la defensa como Joan Plaza. El técnico catalán planteó un partido muy físico que, por momentos, se le indigestó al TD Systems, muy dubitativo con sus pérdidas y el defectuoso cierre del rebote defensivo.

Ivanovic Un partido poco brillante del Baskonia en el que el técnico montenegrino trató de alargar la rotación alineando a once jugadores. Tan solo Diop se quedó sin competir en un Baskonia donde Sedekerskis terminó subiendo el balón en ataque por mor de sus cambios de balonmano en el epílogo. Volvió a apostar por dos 'cuatros' en un partido donde Henry se metió entre pecho y espalda la enésima minutada.

Bien secundado por Peters y la intimidación atrás de Jekiri, Henry desatascó a un conjunto azulgrana falto de clarividencia y acierto

Las pérdidas de balón y el pésimo cierre del rebote defensivo contribuyeron a que el Real Betis llegara con vida a los minutos finales