Un partido se puede ganar desde el ataque, pero los campeonatos se ganan desde la defensa. Esta máxima que tantas veces se ha utilizado en el mundo del baloncesto explica a la perfección cómo fue la clasificación del Kirolbet Baskonia para la final de la Liga ACB. En un partido en el que estuvo tremendamente espeso en ataque -durante la primera parte Zoran Dragic y Toko Shengelia fueron los únicos capaces de anotar con fluidez, a los que tras el descanso se uniría Shavon Shields y la labor sorda y efectiva de Achille Polonara- de principio a fin, su intensidad atrás, sobre todo en una segunda parte en la que rozó la perfección, le permitió recuperar infinidad de balones y situar al Valencia en una posición de jaque que le condujo a abusar del triple incluso más que de costumbre ante su imposibilidad de encontrar el camino hacia el aro. Una labor excelsa que permitió al Baskonia ganar a pesar de no anotar ni un solo punto en los dos últimos minutos y medio, pero en los que fue capaz de conservar a base de trabajo la renta de cinco que acabó siendo suficiente.

De inicio, el Valencia planteó los esperados problemas con su rápido movimiento de balón, un buen nivel de acierto desde el perímetro y el factor clave del rebote ofensivo -serían quince a lo largo de todo el partido- que le permitió disponer de muchas segundas oportunidades. Pero en medio de esa bonanza, la buena actividad defensiva baskonista comenzó ya desde el principio a provocar una catarata de pérdidas por parte del rival, muchas de ellas culminadas con canastas en transición fáciles que permitían oasis anotadores en lo que era un auténtico desierto.

A pesar de mostrarse tremendamente superior en los dos primeros cuartos, los de Jaume Ponsarnau solo lograron una renta de nueve puntos al descanso. Diferencia que se difuminó por completo en un tercer cuarto que supuso una exhibición defensiva como pocas se recuerda. Velocidad de piernas, cambios automáticos agresivos, manos rápidas para forzar errores y un incremento añadido en el nivel de esfuerzo físico difuminaron por completo a un Valencia que se jugó sus opciones al triple con una serie catastrófica. Sobrevivió el equipo local, con solo 13 puntos anotados y un solo tiro de dos en diez minutos -se fue a 19 en todo el encuentro por los 41 que lanzó desde la línea de 6,75-, más por los problemas ofensivos de un Baskonia que fue incapaz de despegarse en el marcador a pesar de mostrarse dominador y mucho más equilibrado.

Triples por un lado y defensa por el otro iban a marcar la resolución y la moneda acabó cayendo del lado del Baskonia, más eficaz que su rival a pesar de sus enormes problemas para cerrar la victoria que por muchos minutos tocó pero sufrió hasta el final. Los dos contra uno ahogaron al Valencia, que se acabó desangrando en sus últimos tiros ante un Baskonia que sobrevivió pese a su incapacidad para anotar.