- "He decidido que no voy a jugar más en la Euroliga, ni en Milán ni en ningún otro equipo". Luis Scola cerró ayer su etapa de una única temporada en el Armani, al que llegó el pasado verano con la máxima ambición tras convertirse en una de las estrellas más rutilantes del Campeonato del Mundo de China y donde, sin embargo, no ha podido brillar con luz propia todo lo que hubiese deseado antes del coronavirus.

Con 40 primaveras ya cumplidas, la sombra de la retirada vuelve a planear alrededor de la carismática figura del cuatro argentino, para muchos el mejor jugador en la historia del Baskonia que desgraciadamente no dispuso el pasado 25 de marzo de la oportunidad de recibir una estruendosa ovación por parte de su antigua afición en el Buesa Arena. La emergencia sanitaria hizo trizas el sueño de cientos de seguidores azulgranas, siempre muy pendientes del futuro de uno de sus grandes iconos tras su determinación de estirar hasta límites insospechados una carrera intachable y repleta de éxitos.

Tras varios años de retiro dorado en el baloncesto chino, la exigencia física y mental de la Euroliga ha impedido este curso a Scola dar continuidad a sus sobresalientes actuaciones de la pasada cita mundialista. Si bien sus números en la máxima competición continental han sido aceptables con 9,2 puntos y 4,4 rebotes en casi 20 minutos de media, un ganador nato como el bonaerense no ha disfrutado plenamente del baloncesto en tierras lombardas. Tampoco le ha ayudado en exceso la inestable dinámica del Armani, que pese a poner en manos de Ettore Messina un proyecto faraónico para discutir la supremacía de los transatlánticos se había convertido un año más en una de las sonadas decepciones del torneo.

Scola se marcha, eso sí, de Italia sin ningún resquemor consciente de que deberá encontrar un destino exótico si no desea exprimirse más de lo debido ni agotar el poco combustible que le resta de cara al último gran reto de su trayectoria profesional: los Juegos Olímpicos del 2021. "Quiero agradecer al Armani por darme esta oportunidad. Ha sido un año divertido en el que me sentí como en casa. Por otro lado, todavía no he decidido si me retiraré del baloncesto para siempre o seguiré jugando en otra competición. Tomaré una decisión final durante las próximas semanas", subrayó Scola, que a diferencia de otros argentinos no ha contemplado la posibilidad de vivir una segunda etapa en Vitoria.