vitoria - No hay excesivo tiempo para caer en el desánimo ni maldecir la escasa fortuna tras el varapalo de la grave lesión de Granger. En plena digestión del fatídico parte médico recibido por el uruguayo, el vértigo de una competición ya lanzada depara esta tarde al Baskonia el primer plato fuerte de la actual temporada. No en vano, los alaveses rinden visita en la caldera del Palau al equipo en boca de todo el mundo debido a su sobresaliente colección de estrellas y los fichajes galácticos acometidos este verano.

El Barcelona de Mirotic, Higgins, Davies y compañía, concebido este ejercicio para ganarlo prácticamente todo -la Supercopa ya ha pasado de largo tras la derrota ante su eterno rival blanco- y con un presupuesto que las malas lenguas colocan cerca de los 50 millones de euros, espera con las garras afiladas a un maratoniano vitoriano esperanzado, al menos, en competir y dar la cara en un escenario de altura.

Aunque los equipos mejorarán con el transcurso de la campaña y todavía no se pueden extraer grandes conclusiones, ni para bien ni para mal, el Kirolbet va a comprobar a las primeras de cambio si puede estar en condiciones de hacer algo de sombra a los dos grandes predestinados un año más a tiranizar la competición doméstica.

El lado positivo de visitar tan pronto el santuario de uno de los favoritos es que el Barcelona todavía no está rodado, necesita tiempo para conjuntar a su interminable pléyade de jugadores desequilibrantes y parece en la actualidad un rival terrenal. Otra cosa distinta será más adelante cuando el Ferrari que pilota Pesic ajuste todas sus piezas en el taller y adquiera la velocidad de crucero. Entonces, el Barça debería ser prácticamente inabordable para cualquiera dentro del Viejo Continente.

Pese a la baja de Granger que ha dejado seriamente diezmada la dirección de juego, un filón a explotar en busca de la sorpresa son los graves problemas del viejo zorro serbio en la misma demarcación. El recién llegado Malcolm Delaney es el único base sano del Barça, golpeado por la baja de larga duración de Thomas Heurtel -el galo no volverá hasta enero de 2020- y la más reciente de Pangos. En la laboriosa victoria ante el Obradoiro, Pesic echó mano del bisoño Leandro Bolmaro y también recurrió a Hanga durante algunos minutos para subir el balón a la cancha contraria. La solidez culé se resintió obviamente, aunque los 27 puntos de un estelar Mirotic le permitieron salvar finalmente los muebles en Santiago de Compostela.

Poco tiempo ha tardado el talentoso ala-pívot procedente de la NBA en conseguir su primer MVP y confirmar que la ACB se le queda pequeña. Mientras adquiere los automatismos necesarios y hace de sus estrellas un equipo, un Barcelona en construcción se halla capacitado para sacar adelante los partidos a golpe de talento. Un rival al que el Baskonia tratará de amedrentar gracias al baloncesto vertiginoso, vertical y eléctrico que se llevó por delante el viernes a un abúlico Estudiantes.

Los nuevos fichajes como Fall, Henry y Eric, en los que hay depositadas grandes esperanzas, pasarán la primera reválida del curso. Todos ellos dejaron buenas pinceladas frente a los colegiales, aunque el listón de la exigencia subirá hoy varios enteros. En cualquier caso, Vildoza y Shengelia se mantienen como los líderes espirituales de un Baskonia confiado en dedicar una victoria de prestigio a Granger. - O. San Martín