vitoria - Algo puede estar cambiando en el baloncesto mundial tras un mercado estival como el actual donde se están registrando movimientos, a todas luces, inesperados. Como no podía ser de otra forma, los enormes tentáculos de la NBA han atrapado a varios pujantes valores que consiguieron despuntar en el Viejo Continente a lo largo de la última temporada, pero lo que prácticamente nadie sospechaba es que otros baloncestistas de igual o superior enjundia emprenderían un sonado camino de vuelta entre la considerada mejor liga del mundo y la Euroliga.
De lo que no hay duda ya es que la calidad y la espectacularidad de la máxima competición continental va in crescendo curso tras curso. Su imán seductor resulta cada vez más atractivo, incluso para jugadores consolidados en Estados Unidos que se encuentran hastiados de un rol secundario en las franquicias de la NBA. A ello se suma el incuestionable potencial económico de grandes transatlánticos como el Barcelona, el Real Madrid, el CSKA y otros clubes turcos o rusos sobrados de recursos a la hora de convencer a piezas del máximo nivel previo ofrecimiento de contratos astronómicos.
La lista de jugadores que han protagonizado un camino de vuelta es extensa este verano, aunque un nombre propio destaca por encima del resto. Se trata de Nikola Mirotic, cuyo fichaje fue cocido a fuego lento por el Barcelona desde marzo de este año. El ala-pívot hispano-montenegrino, cansado de ser considerado una simple mercancía en la NBA y que este verano hubiese fichado por su cuarto equipo americano en el último año y medio en caso de haber seguido al otro lado del Atlántico, no dudó en dar el sí a una monstruosa propuesta del Barcelona que le convertirá en el hombre mejor pagado de Europa.
Según algunas fuentes, cobrará cuatro millones limpios anuales y será el buque insignia de un club culé que también ha tirado la casa por la ventana no solo para reclutar a Cory Higgins y Brandon Davies, sino también ha repatriado a otro exNBA como Álex Abrines. El rendimiento del exterior balear, eso sí, constituye una incógnita tras varios meses fuera de las canchas debido a una depresión. A poco que su recuperación sea una realidad, debe ser otro jugador llamado a marcar diferencias en la Euroliga, donde el Barcelona no es el único que ha mostrado un colmillo afilado a la hora apostar por la vuelta al Viejo Continente de europeos consagrados en la NBA.
Tras frustrarse la llegada de Nikola Milutinov, el CSKA anunció hace días el fichaje de Kostas Koufos, un poste griego de 2,13 metros con once temporadas de bagaje en la mejor liga del mundo entre Utah, Minnesota, Denver, Memphis y Sacramento. El opulento club ruso también espera hacer oficial la confirmación del fichaje del ala-pívot croata Dragan Bender, el que fuera número 4 del draft 2016 y la incorporación de Ron Baker, que se debate entre un contrato dual con los Nets o comprometerse con los rusos.
En la periferia de Moscú, el Khimki ya ha concretado la vuelta del tirador lituano Dairis Bertans, ex del Bilbao y que fue una figura decorativa el pasado curso en los Pelicans, y negocia la llegada del fornido cinco Timofey Mozgov, que ya jugó en la capital rusa entre 2006 y 2010 antes de iniciar su sueño americano.
Los clubes griegos también han pescado rostros conocidos. En el caso del Panathinaikos, ha reclutado a un base con fama de triplista compulsivo como Jimmer Fredette, que disputó la última parte de la pasada temporada con los Suns. El Olympiacos, por su parte, se ha hecho con los servicios de Wade Baldwin, un director de juego que ha dejado detalles de calidad en Memphis y Portland. Tampoco convendrá perderse las evoluciones del ala-pívot Tyler Cavanaugh -ex de los Jazzo- en el Alba Berlin de Aíto.
El Maccabi también está preparando otro movimiento de impacto con la vuelta una década después del talentoso alero Omri Casspi, que todavía apura sus opciones de seguir en la NBA pero ya posee una tentadora oferta encima de la mesa del conjunto afincado en Tel Aviv.
Si bien la mejor liga del planeta acaba de dejar a la Euroliga sin piezas de lo más cotizadas como Vincent Poirier (Celtics), Nicolo Melli (Pelicans), Marko Guduric (Grizzlies), Goga Bitadze (Pacers), Matt Thomas (Raptors), Nigel Williams-Goss (Jazz) o Thanasis Antetokounmpo (Bucks), no es menos cierto que se ha quedado con la miel en los labios a la hora de seducir a otras estrellas capaces de resolver por sí solas un partido.
De esta manera, el Anadolu Efes ya ha conseguido retener a Vasilije Micic y sueña con hacer lo propio con Shane Larkin, todavía con un futuro incierto ante su interés de regresar a la NBA, el Real Madrid rubricó semanas atrás la renovación del gigante Walter Tavares y espera que Facundo Campazzo también continúe en la capital de España, mientras que Nando de Colo se ha convertido en el nuevo killer del Fenerbahce cuando todo hacía indicar que volvería a la NBA tentado por la posibilidad de disputar la media temporada que le restaba para acceder a una pensión vitalicia a partir de los 62 años. Derrick Williams, que aspiraba a volver a su país ntal tras revalorizarse en el Bayern Munich, también estará a las órdenes de Zeljko Obradovic.
Por último, otra rutilante estrella que ha decidido retornar a Europa tras una oscura etapa en los Clippers en Milos Teodosic. El mago serbio mantuvo negociaciones con diversos equipos de Euroliga, pero ninguno le ofreció más dinero que la Virtus Bolonia italiana. Eso sí, sus conejos de la chisteria tan solo podrán contemplarse la próxima temporada en la Eurocopa. “Habrá muchos jugadores que vuelvan a Europa”, auguró Mirza Teletovic en una entrevista con este periódico a finales del año pasado. Pues bien, este augurio de quien fuera uno de los francotiradores más letales del Baskonia se ha cumplido a rajatabla.