Vitoria - Cada etapa en el baloncesto está marcada por una apuesta diferente en el estilo de juego y de cuando en cuando el peso de estilos o jugadores van cambiando hacia nuevas tendencias o se ponen de nuevo de moda visiones antiguas. Un ejemplo que tiene su claro reflejo actualmente en la relevancia casi absoluta que han adquirido los jugadores de perímetro, que se han convertido en Europa -y también en Estados Unidos, donde la tendencia ya viene de lejos- en los factores determinantes a la hora de generar desequilibrios. Los proyectos ganadores, o los aspirantes a serlo, se construyen dando una especial relevancia a jugadores pequeños capaces de generar desde la individualidad con el balón en sus manos. Si hace no tanto contar con un pívot dominante era una cuestión ineludible para dominar, ahora la mayoría de los interiores se han convertido en meros ejecutores. Y a esa nueva ola se quiere subir un Baskonia que en su última versión ha carecido de jugadores de ese perfil y donde Velimir Perasovic pretende encontrar de nuevo una pareja mágica como la que a sus órdenes conformaron Darius Adams y Mike James, claves en la presencia en la última Final Four del club.
Un base y un escolta que, sobre todo, tengan una gran capacidad ofensiva a través del uno contra uno. El perfil que históricamente ha correspondido a los jugadores estadounidenses que llegaban a Europa con el aval de ser capaces de anotar muchos puntos, aunque no fuesen tan efectivos en la dirección del juego. Killers, a fin de cuentas. Dinamitadores de partidos. Unas características que no se buscaron el pasado verano, cuando el club confió en el criterio de Pedro Martínez para realizar una apuesta por jugadores con una mayor capacidad asociativa y en los que primase más el juego colectivo que la propia individualidad. Y es que, en el estilo del nuevo entrenador del Manresa, una figura como Matt Janning resultaba más importante que un Rodrigue Beaubois que abandonó Vitoria el pasado verano al entender que no casaba con esa manera de entender el baloncesto del técnico, quien también confió entonces en la continuidad de Marcelinho Huertas por esa capacidad del brasileño de generar para sus compañeros.
Dentro de un equipo con una preponderancia interior sin mucho parangón en Europa y con faro principal en la figura de Tornike Shengelia -durante el curso llegaría la explosión de Vincent Poirier, pero como ejecutor-, la chispa desde el exterior quedaba prácticamente limitada a la genialidad de Luca Vildoza, todavía con muy irregular en su rendimiento. Los intentos de tirar del carro de Darrun Hilliard y Shavon Shields no acabaron de explotar al carecer de ese instinto asesino que se requiere para ser un gran anotador y el resto de jugadores exteriores destacan más en el juego de equipo que como individualidades. Y, a la hora de la verdad, no contar con focos de peligro desde el uno contra uno supuso un lastre en los momentos decisivos. La idea ahora pasa por acompañar a Shengelia -si finalmente sigue en el club, que está por ver aún- de dos piezas exteriores, base y escolta, que tengan capacidad para romper defensas por sí mismos. Una cuestión que es mucho más sencilla para los hombres de perímetro, que pueden asumir el mando del balón desde los primeros metros de la cancha y no dependen de que les llegue el mismo, una desventaja para el juego de los interiores que hace más sencillo defenderlos.
El club ya ha realizado sus primeros sondeos y uno de los jugadores en los que se ha fijado es Pierria Henry. El base estadounidense (1,93 metros y 26 años) se encuentra en el mercado después de haber abandonado el Unics Kazan (10,4 puntos la pasada campaña en la Eurocopa con el club ruso) y su primer objetivo es tratar de hacerse un hueco en la NBA, aunque por sus características lo tiene complicado, ya que en Estados Unidos abundan los bases eléctricos y tampoco goza de un lanzamiento exterior del todo fiable. Si como es previsible no lo consigue, buscará un equipo que le permita debutar en Euroliga después de haber destacado en la segunda competición continental. En ese sentido, el Baskonia ya ha preguntado por su situación -se trata de un jugador con pretensiones elevadas- en busca de una figura desequilibrante por fuera.